350 librerías francesas celebran Sant Jordi con rosas y libros
Por sexto año consecutivo los libreros franceses celebraron el día mundial del libro adoptando el rito de "una rosa, un libro". Son 350 las librerías galas que han adoptado esa tradición catalana. En esta oportunidad la llamada Maison de la Catalogne -delegación del Gobierno catalán en Francia- ha contribuido de manera importante a impulsar la celebración distribuyendo un gran número de rosas. Por ejemplo, los viajeros que llegaban a París en el tren TALGO de Madrid o Barcelona fueron obsequiados con la flor y con un desplegable en el que se detallaban las distintas actividades culturales organizadas con motivo de la fiesta.
En la Maison de la Catalogne, dos librerías -La Hune y Pam de nas, francesa la primera, catalana la segunda- dispusieron una amplia oferta de títulos que ayer interesó a un público muy numeroso. Ese público también acudió en gran número a una mesa redonda sobre la Novela negra convocada con motivo de la aparición de los ocho primeros volúmenes de la editorial Tinta Blava, que propone en francés obras de autores catalanes, tanto si escriben en catalán como en castellano.
Tertulia negra
Entre ellas destaca De mica en mica s'omple la pica, del fallecido escritor Jaume Fuster. El escritor publicó novelas como Les claus de vidre: disset aventures de Lluís Arquer, Anna i el detectiu, Sota el signe de sagitari o Tarda, sessió continua, 3,45. Los escritores Maria Antònia Oliver, algunos de cuyos títulos han sido traducidos al francés por la editorial Gallimard, y Román Gubern participaron en la discusión junto a la profesora Anne Charlon, el autor de un magistral diccionario sobre el género Claude Mesplède, y los novelistas Jean Claude Schineizer, Tonino Benacquista y Thierry Crifo.
Sant Jordi sirvió también para que el público francés descubriera en la ya citada Maison de la Catalogne parte de la obra de Pere Calders, que fue objeto de una lectura teatralizada en su versión francesa editada por una editora de Québec.
Al mismo tiempo la fiesta tuvo su vertiente gastronómica, con degustación de turrón de Sant Jordi , un postre ideado en 1930 en Santa Coloma de Farners, o de dos peculiares maneras de preparar el foie gras: en forma de rosa sobre un libro de hojaldre, o preparado bajo la fórmula "vendimia mediterránea", que inspiró a Manuel Vázquez Montalbán la siguiente reflexión: "Recordad que el pato fue creado en el cuarto día, el Mediterráneo en el segundo, luego guardad un minuto de silencio, quitadle la hoja de parra y coméroslo con la punta del espíritu".
Una copa de cava acompañaba el ceremonial casi religioso de hermanar libros y comida. Fue toda una fiesta.
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