Una muestra recapitula en Vitoria la aportación vanguardista del grupo Orain

La Fundación Caja Vital prosigue su revisión del arte vasco de vanguardia del siglo XX con una muestra dedicada al grupo Orain, fundado en Vitoria en los sesenta. Formado por Carmelo Ortiz de Elgea, Joaquín Fraile, Juan Mieg, Alberto Schommer y Jesús Echevarría, el grupo trató de aunar las principales corrientes de vanguardia internacionales con la creación popular en un momento marcado por la represión ideológica y artística.

La exposición, titulada Grupo Orain/5+1 se presenta en la sala de la Fundación (Postas, 13-15) hasta el 22 de mayo. Fueron tres pintores, un fotógrafo, un escultor... y un crítico de arte, Javier Serrano, colaborador del grupo hasta el punto de que fue uno de los autores del indispensable manifiesto de presentación en sociedad de Orain. De ahí el subtítulo 5+1, en el que también asoma la soledad en que se movían aquellos vanguardistas.

Mieg lo recordaba ayer: "En general, los grupos sirven para aglutinar a la gente de vanguardia, pero entonces también había que tomar medidas de presión a lo inamovible y la única manera era la unión entre artistas". Efectivamente, Orain nace al amparo del grupo Gaur, con Oteiza, Chillida y Basterretxea a la cabeza y que ya revisó la Vital hace diez meses. En Vizcaya se creaba Emen y en Navarra Danok (Baita no llegó a salir adelante en el País Vasco francés). "Todos surgen con la voluntad de superar el lenguaje viciado de la oficialidad artística del momento", explicó Fernando Golvano, comisario de la muestra con Juanma Arriaga.

Se presentaron con un manifiesto contundente. "Pretendemos ser expresión, acción y responsabilidad por las necesidades artísticas de nuestro pueblo (...) desde nuestra tradición artística popular (...) Manifestamos como primer supuesto artístico una voluntad experimental, de investigación y de superación de toda fórmula artística caduca, reaccionaria, academizada", proclamaban como primeras intenciones. Quizás un programa maximalista para cinco individualidades tan definidas.

Orain sólo presentó en cuatro exposiciones colectivas, en las que destacaba la deuda de los pintores (Mieg, Ortiz de Elgea y Fraile) con el pop art y el informalismo; el discurso más tradicional de la escultura de Echevarría y la fuerte personalidad de Schommer. La primera muestra, quizá la más significativa, tuvo como marco la sala Barandiarán de San Sebastián en 1966. La exposición de la Vital ha rescatado la película de aquel acto, que aporta una trascendencia histórica a la reunión.

Pasados casi 40 años, se puede apreciar que lo más interesante de aquel agrupamiento efímero fue el impulso a las carreras individuales, sobre todo, de Mieg, Ortiz de Elgea y Schommer. Como se puede comprobar en esta antológica, los dos primeros mantienen la investigación en los misterios de la pintura, sin olvidar sus orígenes informalistas. Schommer, mientras, prosigue su reivindicación de las posibilidades artísticas de la fotografía, más allá de mero documento.