Ratzinger, Rouco y la Iglesia española

Benedicto XVI, de civil Joseph Ratzinger, ha tenido estrechas relaciones con el episcopado español desde su cargo de presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio de la Inquisición), y ha opinado, en ocasiones con dureza, sobre aspectos de la vida social y política de España. La última vez fue el 20 de noviembre pasado, pero también lo hizo en una multitudinaria conferencia, pronunciada en Madrid en presencia del cardenal Rouco en febrero de 1999. Rouco, que estudió Teología en Múnich y habla alemán, siempre tuvo una gran amistad con el nuevo pontífice.

Ratzinger se quejó entonces en Madrid del "destronamiento de la teología", dijo que era "difícil volver a dar carta de ciudadanía a la cuestión de la verdad en el debate político" y quitó importancia a las muchas actuaciones de su severa congregación contra teólogos españoles de gran relevancia pública. Entre otros muchos, el nuevo Papa actuó en España contra los teólogos Marciano Vidal, Juan José Tamayo y Benjamín Forcano.

La Conferencia Episcopal envió a última hora de ayer una carta de felicitación al nuevo Papa, leída por el secretario general y portavoz, Martínez Camino. "Con gran alegría y con profunda gratitud a Dios hemos tenido noticia de que, en vuestra persona, la Iglesia ha recibido ya un nuevo Pastor universal. Conocemos por experiencia cómo el servicio que el sucesor de Pedro presta a la Iglesia de Jesucristo ha sido siempre principio y fundamento de la unidad en la fe, en la caridad y en la esperanza", leyó el portavoz episcopal con gran énfasis.

Martínez Camino, jesuita, fue durante muchos años director en España de la Congregación presidida en Roma por Ratzinger, y como tal promovió no pocas notificaciones contra teólogos, censurando libros o haciendo saber al público en general que tal o cual pensador eclesiástico no contaba con el beneplácito de la rígida policía de la fe romana.