El acuerdo final de la Carta de Barcelona se retrasa por la negociación de la financiación con Hacienda
La fumata blanca del cónclave del Vaticano coincidió ayer con la comparecencia del ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, y el alcalde de Barcelona, Joan Clos, para informar sobre el estado de la negociación de la Carta de Barcelona. Sevilla fue claro: "Habemus papa, pero no Carta, todavía". Sevilla y Clos coincidieron en señalar que el 90% de la Carta ya está cerrada. Pero el 10% restante-el capítulo cuarto- no es menor, sino todo lo contrario porque se trata de la financiación de la ciudad. Sin querer aventurar fechas concretas, situaron la aprobación de la Carta para antes del verano.
El consistorio barcelonés no está dispuesto a bajar de una cifra que se sitúa más allá de los 100 millones de euros anuales, y los negociadores del Ministerio de Economía y Hacienda no tienen el mismo criterio. Ese es el motivo de que el acuerdo final para dar el visto bueno a la Carta se retrase. Con todo, fuentes del ministerio señalaron a este periódico que el texto saldrá adelante en breve.
En las declaraciones posteriores a la reunión, Sevilla señaló que "nunca en la historia se ha estado tan cerca" de tener esa Carta y reconoció que algunos de los aspectos que restan por determinar son importantes y complejos.
Por ejemplo, indicó que desde el Gobierno se acepta la equiparación en términos de financiación per cápita entre Madrid y Barcelona y se estudian informes técnicos porque han surgido otros asuntos conexos que se podrían encajar en esa Carta, como el contrato programa del metro, el transporte de cercanías o inversiones en transporte urbano. Llegar a un acuerdo con la ley de Barcelona supone, además, sentar un precedente que, sin duda, se tomará en cuenta a la hora de abordar la ley específica a la que también aspira Madrid. Incluso otras grandes ciudades españolas podrían reivindicar un régimen de financiación similar. "Es como una partida de póquer", ilustraba una fuente del consistorio barcelonés.
En la negociación de la Carta, aprobada en 1998 y que ha estado cuatro años -los gobernados por el Partido Popular- viajando de un ministerio a otro sin avanzar nada, se han superado algunos escollos que, en las primeras rondas negociadoras también parecían insalvables, como el modelo de justicia local que supone la descentralización de los juzgados para asuntos menores.
Al término de la reunión, el alcalde insistió en que ahora se está profundizando en los aspectos financieros de la Carta y se mostró optimista para encontrar un acuerdo. Puntualizó que la financiación es tan relevante "que obliga a no actuar con precipitación".
Esta es la segunda reunión que mantiene el alcalde de Barcelona en los últimos tres meses para desencallar el acuerdo. Ahora, aseguran ambas partes, está, de verdad, en la recta final.
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