El Prado rompe los prejuicios sobre la pintura de Carracci
'Venus, Adonis y Cupido' se expone restaurada junto a Tiziano
El Museo del Prado presentó ayer el proceso de restauración de la pintura Venus, Adonis y Cupido y a su autor, Annibale Carracci (Bolonia, 1560-Roma, 1609), como una obra maestra de la colección y uno de los artistas más trascendentes de la historia del arte europeo. La exposición quiere romper los prejuicios de los historiadores del arte frente a un cuadro de "amor, sensualidad y erotismo", según Miguel Zugaza.
La sala de exposiciones temporales del Prado (www.museoprado.es, hasta el 17 de julio) presenta "la secuencia de pintura amorosa más extraordinaria jamás reunida", según el director del museo, Miguel Zugaza. Venus, Adonis y Cupido (1588-1590), la obra de Carracci más importante fuera de Italia, se ha restaurado durante nueve meses, por María Álvarez-Garcillán, para "renacer" tras permanecer oscurecida por la suciedad, viejos repintes y barnices oxidados.
Antes de su regreso a las salas del museo, se expone al público desde hoy, con el patrocinio de la Fundación Reale, junto a radiografías, proceso de restauración, las versiones de los amores mitológicos de Venus y Adonis de Tiziano (1554) y Veronés (hacia 1580), también de las colecciones del museo; un Cupido, copia de Parmigianino; dibujos preparatorios de Carracci (el conjunto y la cabeza de un perro) y grabados de Rafael Esteve, Pedro Pascual y Luigi Scaramuccia sobre el mismo tema, de distintos museos.
La ausencia de esta obra en los libros y guías del Prado se debe, según Andrés Úbeda, jefe de conservación de pintura italiana y francesa del museo y comisario de la muestra, a "los prejuicios de la carne", al reflejar la historia de los amores impetuosos de Venus y Adonis y el desnudo femenino, "cuadros que se ven con extrema desconfianza". El cuadro del Prado tiene una historia de desconfianza, desde que fue adquirido por Felipe IV para su colección. Desde entonces ha permanecido en las "salas reservadas" del Alcázar, donde estuvo a punto de desaparecer en un incendio; en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en el Prado. La pintura estuvo en un "salón burocrático" de la Universidad Complutense, pasó al Prado en los años treinta y permaneció en los almacenes hasta los años sesenta, que se expuso en sus salas, con un estudio de Alfonso E. Pérez Sánchez.
En la exposición figuran las radiografías del cuadro, en las que se aprecian daños en franjas verticales y los cambios del pintor al tratar la cabeza de Adonis, así como las dudas sobre la posición del brazo izquierdo y el cambio de una lanza por un arco, como se puede apreciar también en los dibujos preparatorios. El catálogo, con prólogo de Denis Mahon, tiene textos sobre Carracci, el mito clásico y la restauración.
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