PNV-EA pierde la supremacía en las grandes ciudades

La coalición PNV-EA no ha logrado conservar su primer puesto en la mayoría de los grandes municipios de la comunidad autónoma. El empuje del PSE le ha arrebatado localidades muy significativas como Vitoria, la guipuzcoana Irún o las vizcaínas Barakaldo, Portugalete y Sestao. A diferencia de lo ocurrido en los comicios autonómicos de 2001, cuando era difícil encontrar entre las 30 localidades más pobladas una donde el tándem nacionalista no fuera la primera fuerza, ahora el PSE se ha llevado poblaciones muy significativas y la coalición ha perdido votos en todos los grandes municipios.

En las zonas rurales, el granero tradicional de votos del PNV, el dominio de la coalición se mantiene, pero la irrupción de EHAK (siglas en euskera del Partido Comunista de las Tierras Vascas) le ha hecho perder protagonismo en Guipúzcoa, tanto en los pueblos como en las ciudades. EHAK ha cogido el relevo de la ilegalizada Batasuna e incluso ha aumentado el porcentaje de votos obtenidos por Euskal Herritarrok, la marca con la que Herri Batasuna concurrió a las autonómicas de 2001. Prueba de ello es su victoria en la localidad guipuzcoana de Hernani, donde saca el 35,3% de los votos.

La ventaja de la coalición se difumina en las localidades más populosas del País Vasco, donde el cómputo global de los votos de PSE y PP le superarían en la mayoría de los casos. Un dato elocuente es la pérdida por parte de PNV-EA de los municipios más significativos de la margen izquierda, en Vizcaya, tradicionales feudos del PSE. Los nacionalistas se los arrebataron en las autonómicas de 2001, pero ahora han vuelto a manos socialistas. Es el caso de Barakaldo, donde el partido de Patxi López obtiene el 35% de los votos, seguido de PNV-EA, que suma el 28% de las papeletas. Mientras, en Sestao el PSE se va hasta el 35,7% de los votos frente al 31% que cosecha la coalición. En Portugalete se repite la historia, con un 35,6% de apoyo para los socialistas. En cambio, el tándem PNV-EA logra retener Santurtzi (34%) y Basauri (36%).

Donde los nacionalistas se imponen con claridad y no dejan lugar a ninguna sorpresa es en Bilbao, la metrópoli de referencia en Euskadi. Obtiene el 36% de los votos emitidos, revalidando así su tradicional hegemonía en la capital vizcaína. El PSE se consolida como la segunda fuerza, mientras que el PP queda relegado al tercer lugar. Ezker Batua (EB-IU) pierde pie y cede la cuarta posición en Bilbao al sorprendente EHAK, que se lleva el 7,4% de las papeletas. Getxo, una localidad con un claro voto favorable al PNV, no falla a la coalición y le aúpa al primer lugar con el 39%.

En Vitoria, el PP no consigue mantener la tendencia de las últimas convocatorias electorales (municipales de 1999 y de 2003) cuando ganó y cede el primer puesto al PSE, que suma el 29% de los votos. Los socialistas se ven ayudados por la corriente a favor que supone tener al PSOE al frente del Gobierno central y logra desbancar al PP del primer puesto y envía a los nacionalistas al tercer lugar (25,8%). La relevancia radica en que la capital alavesa es la única de las tres capitales de Euskadi donde la coalición nacionalista no logra imponerse y confirma así su condición de frontera al nacionalismo. En ninguna otra localidad relevante de la comunidad la coalición ha bajado hasta el tercer puesto. En Llodio, la segunda localidad alavesa por importancia y el pueblo natal del lehendakari, Juan José Ibarretxe, PNV-EA, con el 43%, no dio opción.

En San Sebastián, los nacionalistas obtienen una clara primacía con el 32% de los votos, ocho puntos por encima de la segunda fuerza, el PSE (23,5%). Irún volvió a los socialistas, después de que en 2001 votará en clave nacionalista. En Mondragón, uno de los bastiones históricos de Batasuna, las cosas pintaron bien para PNV-EA (37%), que libró una interesante batalla con EHAK, que quedó segunda. La coalición también confirmó su liderazgo en Elgoibar y en Eibar, localidad en la que arranca el 37% de los sufragios, por delante del PSE, que rozó el 30%.