Berlusconi tratará mañana la crisis de Gobierno con el presidente Ciampi
"Las elecciones anticipadas son una pésima amenaza", dice Follini
Silvio Berlusconi impuso ayer una pausa a la crisis de su Gobierno. La situación permanecía bloqueada porque los ministros democristianos dimisionarios no daban muestras de reconsiderar su decisión y Berlusconi, en vista de la falta de avances, se fue de fin de semana y dejó las negociaciones en manos del subsecretario de la Presidencia, Gianni Letta. Antes de irse anunció su intención de entrevistarse el lunes con el presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi.
El plan de Berlusconi consistía en presentar el lunes su dimisión, para obtener por parte de Ciampi el encargo de formar un nuevo Gabinete. Pero eso sólo sería posible si la Unión de los Demócratas Cristianos (UDC) volviera al redil y firmara, junto a Forza Italia, Alianza Nacional y Liga Norte, un programa de gobierno que permitiera llegar hasta el final de la legislatura, en la primavera de 2006.
Il Cavaliere anunció el viernes por la noche que si UDC decidiera quedar al margen, recomendaría al presidente de la República la convocatoria de elecciones anticipadas. Fuentes cercanas a Ciampi hicieron saber que, en ese caso, la disolución de las cámaras sería inmediata y se abriría el proceso electoral.
El secretario de la UDC, Marco Follini, hasta el viernes vicepresidente del Gobierno, afirmó que la solución a la crisis creada por la dura derrota en las elecciones regionales estaba solamente en manos de Berlusconi. "Hace falta un nuevo Gobierno y un nuevo programa, y no estoy hablando de más carteras ministeriales para mi partido. El presidente del Gobierno tiene la posibilidad y la responsabilidad de alcanzar ese objetivo", declaró. "Las elecciones anticipadas", agregó, "son un buen argumento, pero una pésima amenaza".
El subsecretario Gianni Letta se reunió con representantes de Follini y convocó a un viejo democristiano integrado en Forza Italia, el ministro del Interior Giuseppe Pisanu, para que le ayudara a redactar una propuesta de programa de gobierno que pudiera ser aceptada por la UDC. Los principales escollos seguían siendo la reforma constitucional federalista, impopular en el sur y poco deseada por la UDC, y la política fiscal.
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