Granada: la muerte ronda en el tajo
La falta de prevención de riesgos es flagrante en la provincia con más accidentes mortales desde el pasado 1 de enero
Once muertos en accidentes laborales en sólo tres meses y medio no puede ser una casualidad. La provincia de Granada encabeza este año las trágicas estadísticas andaluzas de siniestralidad laboral. De los 25 fallecimientos ocurridos en toda la comunidad autónoma desde el pasado uno de enero, casi la mitad han tenido como escenario alguna obra granadina. La construcción, auténtico motor económico de la provincia, se ha llevado los accidentes más polémicos. Casos flagrantes de incumplimiento de la normativa de riesgos laborales, de contratación irregular o de utilización de mano de obra extranjera sin permiso de trabajo y residencia, se han repetido periódicamente en los últimos meses.
El más polémico fue el de Óscar Romero, un obrero boliviano sin papeles que falleció el pasado 15 de febrero tras caer de un andamio a ocho metros de altura. La Guardia Civil detuvo a los propietarios de la empresa para la que trabajaba en Maracena tras constatar la absoluta carencia de medidas de seguridad, la utilización de extranjeros sin regularizar y las amenazas que uno de ellos profirió contra su hermano cuando Óscar se encontraba en su lecho de muerte. "Calla o hago que te expulsen", le dijo uno de los constructores que ahora se encuentran en libertad en espera de juicio tras pagar una fianza de 30.000 euros.
El alcance mediático de la muerte de Óscar, no ha frenado sin embargo el goteo de muertes e irregularidades. Esta semana la lista se ha incrementado con dos nombres más. Miguel Martín cayó el lunes de una altura de seis metros mientras encofraba en una obra ejecutada por la empresa de su hermano en La Zubia. Los sindicatos denunciaron que trabajaba sin contrato y que faltaban las más elementales medidas de seguridad. La constructora negó sin embargo que Miguel fuera su empleado. La tarde del día que lo enterraron, otro obrero, Ricardo Contreras, murió en unas obras de urbanización del Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud promovidas por el Instituto de Fomento de Andalucía. Los trabajos se adjudicaron a la empresa Begar que, sin embargo, los subcontrató con la constructora del muerto, La Llave SL, que, según los sindicatos trabajaba sin la maquinaria adecuada. "Esa muerte se hubiera podido evitar", aseguraron sus representantes provinciales.
Para UGT y CC OO el repunte de las muertes en el tajo tiene una causa clara: el incumplimiento generalizado y flagrante de la Ley de Riesgos Laborales por empresarios y trabajadores debido a la falta de control de las instituciones. El secretario provincial de Construcción de CC OO, Francisco Quirós, asegura que cada mes recorre más de 3.000 kilómetros visitando obras. Este periódico lo acompañó el pasado viernes.
- Funambulismo en una urbanización de Purchil. Quirós ordena parar al azar en una zona del área metropolitana de Granada, la zona de mayor crecimiento urbanístico de la provincia. Nada más bajar del coche, corre para reprender a un obrero sin casco, guantes ni arnés que se encuentra sobre un andamio no homologado y sin barandillas de protección a unos cinco metros de altura sujeto sólo por dos cinchas de plástico atadas rudimentariamente a la verja de una ventana.
El encargado, perteneciente a la empresa Novo Orbis, se justifica diciendo que los empleados escapan a su control. Dice que tienen un plan de prevención de riesgos y tres arneses, pero que los trabajadores no se los quieren poner. Quirós le recuerda que la seguridad en la obra es competencia de la empresa y que el convenio colectivo de la construcción y la Ley de Prevención de Riesgos Laborales le permiten suspender de empleo y sueldo a los obreros si no se protegen. El sindicalista toma nota del incidente y le advierte que volverá a parar. "Si me encuentro una situación parecida lo denuncio", advierte.
- Gruísta sobre un tejado hablando por el móvil. A escasos 50 metros de las primeras irregularidades, un obrero subido a un tejado a unos 15 metros de altura vuelve a llamar la atención de Quirós. Una persona que dice ser el responsable intenta convencer al dirigente sindical de que no corre peligro, pero no cuela. Es el gruísta y en una mano tiene los mandos de la máquina y en otra un teléfono móvil por el que mantiene una conversación. La situación se pone tensa cuando llega el verdadero encargado de la obra. Como en el caso anterior Quirós le recuerda que puede sancionar a sus empleados por el incumplimiento de la normativa de seguridad, pero que la responsabilidad es suya. "Si despido a mis obreros, que son muy buenos, ¿quién me hace a mi la obra?", le responde a gritos al encargado. Quirós asegura que esa misma excusa la escucha cada día.
- Múltiples subcontratas en el aeropuerto. En las obras de remodelación del aeropuerto de Granada todo parece estar en orden. El encargado, de la empresa Cyes, asegura que cada semana hay una reunión para concienciar a las más de cinco subcontratas que trabajan en el lugar. "La gente se relaja con mucha facilidad", dice el encargado a Quirós al que reconoce que, con tantas empresas en el tajo, es más difícil controlar la prevención.
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