La OTAN cierra parte de su sede central, afectada por amianto

La OTAN ha descubierto trazas de amianto, un producto cancerígeno, en su cuartel general de Bruselas por segunda vez en tres años. La zona afectada, lejos de las áreas de tránsito habitual, ha sido cerrada. La Alianza Atlántica no tiene, por el momento, planes de desalojar las instalaciones, a la espera de lo que determine un estudio sobre el alcance de la contaminación.

El nuevo hallazgo de amianto se produjo hace dos o tres meses en el marco de una puerta. Ya en 2002 se descubrió amianto en la sala de calderas, se contrató a una empresa para que lo eliminara y se encargó un informe sobre la situación. Las obras de limpieza en las calderas aún no han concluido y del informe no tenía noticias el actual secretario general, Jaap de Hoop Scheffer.

James Appathurai, portavoz de la OTAN, asegura que hasta ahora no ha habido dolencias imputables al amianto entre las 3.300 personas que trabajan regularmente en las instalaciones y que, de momento, "no se plantea la cuestión de la evacuación", aunque también precisó que "cada pulgada del edificio va a ser comprobada". De Hoop Scheffer ha ordenado que se investigue en profundidad el estado de todas las dependencias. La OTAN espera tener los resultados de las pesquisas dentro de tres meses.

La sede, poco más que una serie de barracones, fue construida con carácter provisional en seis meses después de que Francia se retirara de la estructura militar en 1967. Para 2012 está previsto el traslado a un nuevo cuartel general a construir enfrente del actual. Las obras del nuevo edificio aún no han empezado.