Una feroz reyerta entre bandas de reclusos provoca 13 muertos en una cárcel de Argentina
La rivalidad entre bandas de presos de una cárcel de la provincia argentina de Santa Fe (al norte del país) degeneró ayer en un motín que se saldó con 13 muertos y seis heridos, algunos de ellos graves. Al menos dos de los fallecidos fueron quemados vivos por sus propios compañeros, según confirmó el alcaide de la prisión, Daniel Mansilla. El resto fueron degollados.
La gigantesca reyerta, en la que participaron unos 600 presos, comenzó cerca de la medianoche (hora peninsular española) cuando los reclusos del pabellón número 7 del penal de Coronda tomaron como rehenes a dos funcionarios de la prisión y obligaron a otros guardianes a permitirles salir de la zona en la que estaban confinados. Desde allí se hicieron con el control de 6 de los 12 pabellones con los que cuenta la cárcel y llegaron hasta un pabellón controlado por una banda rival en el sector de máxima seguridad.
El encuentro se tradujo rápidamente en una cruel pelea, en la que murieron 13 internos. La confusión se adueñó del penal y mientras los familiares se agolpaban en las afueras tratando de recabar informaciones de lo que ocurría dentro, en el interior los presos deambulaban por los pasillos armados con cuchillos, barras metálicas y objetos punzantes y con los rostros cubiertos, aunque no pudieron hacerse con el control total del centro penitenciario. Sólo al cabo de 11 horas la policía pudo hacerse con el control del establecimiento. Los dos funcionarios retenidos resultaron ilesos y las instalaciones apenas sufrieron daños, según informó la policía. Al parecer, el motivo de la pelea es el asesinato durante el pasado fin de semana de un preso a manos de otros compañeros.
"La cárcel está superpoblada", reconoció por la mañana el alcaide, quien añadió que "desde hace muchos años" se viene produciendo la rivalidad sangrienta entre bandas de reclusos. La prisión de Coronda tiene capacidad para 900 personas, pero ayer albergaba a 1.400. Muchas celdas con capacidad para un solo interno albergan a dos reclusos. "Lo que se hace habitualmente es tratar de evitar el contacto entre los rivales que hay en el penal, pero con la toma de rehenes el sistema falló", señaló el subsecretario de Justicia de Santa Fe, José Luis Benaglia. El de ayer es el segundo motín sangriento que se registra en Argentina en lo que va de año. El primero se produjo el pasado febrero en la ciudad de Córdoba con un saldo final de ocho muertos -entre policías y reclusos- y más de 60 heridos.
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