Un relato de la navegación comercial

Si alguna vez ha de haber en la Península un puerto de verdadera penetración, este puerto ha de ser, muy probablemente, el de Sevilla y, por consiguiente, a él, a sus adelantos y a sus mejoras, le está encomendada buena parte de la realización del progreso de una extensa región del territorio nacional". Este extracto recogido en las Memorias anuales del Puerto de Sevilla del año 1899 ilustra a la perfección la filosofía que ha inspirado a Elena María Ruiz Romero de la Cruz, catedrática de Historia Económica de la Universidad de Málaga, en los cinco años de arduo trabajo que ha invertido en analizar la influencia social que las 27 Autoridades Portuarias que conforman el Sistema Portuario de Titularidad Estatal han ejercido desde el inicio de su actividad hasta el año 2000.

Cinco años de un ímprobo esfuerzo que se ha materializado en su obra Historia de la navegación comercial española (Ente Público Puertos del Estado, 2004), una enciclopedia de 1.376 páginas dividida en dos tomos jalonada de cientos de gráficos (1.073), fotografías (300) y estadísticas relativas a la actividad comercial de los puertos estatales desde el principio de los tiempos. Un trabajo que, dividido en fachadas marítimas, recoge con todo lujo de detalles en más de 300 páginas la historia de los puertos de Huelva, Sevilla, Cádiz, Algeciras, Málaga, Almería y Motril y su incidencia en la sociedad.

"La idea parte de mi afán por estudiar el Puerto de Málaga. Mientras buscaba el marco global donde se desarrolla la actividad portuaria malagueña, Puertos del Estado se interesa por mi investigación y me propone que no me ciña tan sólo a Málaga, sino que abarque todos los puertos de titularidad estatal del país", explica Elena María Ruiz, quien a la hora de establecer una clasificación por importancia entre los puertos andaluces a lo largo de la historia se muestra bastante prudente. "No me gusta hacer esas distinciones, porque me parece que es una falta de respeto. Cada puerto ha jugado un papel estelar en cuanto a avances y progresos sociales en el núcleo en el que se desenvuelve y eso es lo que realmente me ha resultado más llamativo. Cómo Sevilla fue puerta de entrada a Europa de toda la riqueza que llegaba del nuevo mundo durante mucho tiempo y cómo, por ejemplo, Huelva le tomó el relevo en el siglo XIX con su riqueza minera y su relación comercial con el norte de Europa. Lo mismo ocurre con Cádiz, que antes de convertirse en una pieza clave para la movilidad humana entre dos mundos era ya desde su fundación un punto vital en el plano comercial y defensivo. También Málaga jugó un gran papel en todo lo referente al comercio en el arco mediterráneo, por no hablar de la importancia del Puerto de Almería, que junto a Carboneras y Motril conjugaban una trilogía de cierta relevancia", señala.

Fundamentales en su investigación fueron los datos registrados en las Juntas de Obras, organismo surgido a raíz de la creación del Ministerio de Fomento General del Reino en 1832, que asumió las competencias en materia de actividad civil y obras de los puertos. "Tras definir un hilo conductor válido para todos los puertos, me centro en el capítulo estadístico que arrojan las Juntas de Obras, que aparecen en el contexto del desarrollo económico del último tercio del siglo XIX. De los datos sobre su actividad comercial extraigo la progresión que experimenta la sociedad, ya que en esa época apenas están esbozadas las conexiones terrestres y el ferrocarril acababa de empezar su andadura".

Para dotar de cierta unidad estilística a su obra, en la que han colaborado José María Sánchez Segovia e Ignacio Cruz Padial, Elena María Ruiz tiró de genes -su padre fue catedrático de Bellas Artes de San Telmo-, realizando una narración histórico-literaria de la vida de los puertos. "El mundo de los números no tiene por qué estar reñido con el de las letras. Se puede ofrecer una visión amable de un tema tan complejo mediante una narrativa cuidada, atractiva y sugerente", asegura la autora.