El movimiento social Aldaketa se vuelca en la campaña del PSE sin pedir el voto

El movimiento cívico Aldaketa-Cambio por Euskadi se está volcando en los actos de campaña del PSE-EE tras la firma de un acuerdo de ideas con los socialistas. Las intervenciones de su presidente y ex consejero peneuvista, Joseba Arregi, y del ex líder de UGT-Euskadi Carlos Trevilla son destacadas por el candidato a lehendakari Patxi López. Pero Aldaketa no va a pedir explícitamente el voto para el PSE. "Queremos tener incidencia política, no partidaria", explica el ex portavoz de Gesto por la Paz, Imanol Zubero, que compartirá cartel el jueves en un mitin con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

Los rostros más conocidos de Aldaketa-Cambio por Euskadi se emplean a fondo en la campaña socialista. Ayer, en la presentación del manifiesto por la cultura, en la que participaron la ministra Carmen Calvo y la dirigente del PSOE Carme Chacón, se pudo ver en un lugar destacado a Imanol Zubero y a Carlos Trevilla, dos de los rostros más conocidos de Aldaketa.

Patxi López estaba encantado tras escuchar el sábado el discurso de Arregi en el Kursaal, en el mitin al que acudió el presidente del Gobierno central. En su intervención, el ex portavoz del Ejecutivo vasco del PNV vino a decir que no hay una única forma de sentirse y ser nacionalista y, sobre todo, que el pacto político que sustenta el Estatuto de Gernika "no puede cambiarse por una simple mayoría".

El aspirante socialista agradeció ayer a Aldaketa durante la presentación del manifiesto por la cultura su "esfuerzo de pedagogía política" para inocular en la sociedad valores básicos de la democracia, como "la alternancia, el pacto, los derechos de la ciudadanía y la defensa de las lenguas propias". El manifiesto cuenta con el apoyo de unos 200 hombres y mujeres del mundo de la creación y la cultura, entre ellos el filósofo Fernando Savater, miembro de Basta Ya, que ya pidió el voto para el PSE en 2001.

Aldaketa apuesta por una reforma del Estatuto y por un pacto que dé cabida a las diferentes identidades y sentimientos de pertenencia que existen en Euskadi, nacionalistas o no. Pero este movimiento cívico no aspira a ser flor de un día, y marcó desde un principio el territorio que quería compartir como movimiento con el PSE: el de las ideas. De ahí surgió un pacto, firmado a primeros de marzo pasado, que en palabras de Trevilla tiene un recorrido de ida y vuelta: "El PSE tiene nuestro apoyo y nuestra mutua ganancia es el cambio y la transversalidad". Aldaketa dio libertad a sus miembros para integrarse en las listas que encabeza López. "Para nosotros, la prueba del nueve es que sepamos continuar tras el 17-A, por eso no tenía mucho sentido pedir el voto explícitamente", apuntó Zubero. López trenzó un discurso medido, sin estridencias y plagado de compromisos, aunque crítico con la política cultural del Gobierno vasco. "Una cultura oficial que asfixia y que pretende el asimilacionismo y la uniformación de cualquier diferencia".

La escenografía y la idea del acto de ayer, deudor de los organizados por el PSC en Cataluña, según los medios de esa comunidad, contó con el toque autóctono de dos presentadores del programa Vaya semanita de ETB. Echándole un poco de cara, lograron hasta la promesa de una subvención por parte de la ministra Calvo y varias ovaciones. El candidato dedicó buena parte de su intervención a los medios públicos de comunicación y al euskera. "Pretendo hacer de un bilingüismo integrador y de unos medios públicos de comunicación de calidad, elementos de vertebración cultura de primer orden". "No quiero guerras lingüísticas", ni una "EITB al servicio del partido de turno, sino al servicio del país", concluyó.