_
_
_
_
_
Apuntes

Se busca piloto de menos de 50 kilos para competir en prueba ecológica

La Politécnica busca urgentemente conductora para su "bolido" Taronjet

Taronjet es el prototipo de coche ecológico de carreras construido por 25 alumnos de la Universidad Politécnica. Mide cuatro metros de largo por 65 centímetros de ancho. El año pasado recorría más de 500 kilómetros con un litro de combustible. Este año, en la prueba internacional que la petrolera Shell organiza en el circuito de Nogaro (Francia), sus creadores confían en que sobrepase los 1.000 kilómetros.

En la página de Internet de la universidad lo llaman bólido. Pero el objetivo de Taronjet es correr a una media de 30 por hora. Aunque su supervisor, Francisco Pajuelo, comenta que puede alcanzar los 50, "como mucho, durante poco rato". Su record, cuesta abajo, es de 71 kilómetros por hora.

Más información
"Una prueba para los franceses"

El coche -fabricado con fibra de carbono, motor diésel y ruedas parecidas a las de una bicicleta de montaña- en todo caso, no compite en velocidad sino en bajo consumo; gana quien más kilómetros recorre con un litro de combustible.

Taronjet debutó en 2004 en el maratón ecológico. Y no le fue mal. Quedó en el puesto 76 de los 218 inscritos; y en el 13 (de 26) dentro de la categoría diésel. Están seguros de que mejorarán en la presente edición. Y acaban por reconocer que su propósito es ser los primeros ganadores con un coche diésel de la Shell Eco-Marathon. Un objetivo ambicioso dado la diferencia de kilos: Taronjet pesa 88 kilos sin piloto; el ganador, El Liceo La Joliverie, motor de gasolina, pesa 22.

La urgencia del equipo de la Politécnica, sin embargo, viene por otro lado; A poco más de un mes de la competición (21 y 22 de mayo) se han quedado sin piloto. Una de las dos estudiantes que corrió el año pasado ha acabado la carrera. La otra, tiene una boda.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Lo de la boda podría sonar a excusa sino fuera porque Andrea Montblanc, que consiguió la marca final en 2004, acudirá a la ceremonia de Ignasi Chordá, estudiante de Diseño de Industrial y coordinador oficioso del proyecto.

Puede que el equipo esté preocupado, pero Pajuelo no admite derrotismos: "En una ciudad de 36.00 personas como la Politécnica tiene que salir alguien. Puede ser cualquiera, profesor, PAS [Personal de Administración y Servicios], alumnos. El problema es que no se han enterado".

El problema son también las condiciones que tiene que reunir el conductor: Pesar entre 45 y 50 kilos y medir, a ser posible, menos de un metro y medio. Si se mide más de 155 centímetros, explica Chordá, la cubierta de Taronjet no puede cerrarse. Si se pesa más, el piloto se convierte en una rémora.

Taronjet es un proyecto en el que nadie cobra y que involucra a varios departamentos de la universidad, aunque las pruebas y buena parte del peso la asume el Centro de Apoyo Tecnológico, con base en el circuito de Cheste, donde descansa, junto a dos porches, el prototipo.

Si se cumplen las expectativas, alguien podría recorrer con el Taronjet una distancia similar a la que hay entre Valencia y Turín con un litro de diésel. Siempre que no tuviera prisa. Y que no le importara parar a repostar. Los 1.200 kilómetros son una extrapolación de lo que el coche consume para hacer unos 25, siete vueltas al circuito.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_