Repsol prepara la renovación de CLH
Busca consenso para confiar el poder a Blanco y afrontar una eventual venta obligada de acciones
Sin prisa, pero sin pausa. Repsol YPF acaba de sustituir a otros dos de los cinco consejeros que le corresponden en la Compañía Logística de Hidrocarburos, como titular del 25% de su capital, pero sigue sin formalizar la pretensión de que su ex consejero delegado, Ramón Blanco, reemplace a Miguel Boyer en la presidencia. Las conversaciones con otros socios de CLH para conjugar este cambio y las desinversiones a las que probablemente va a obligarles a corto plazo la nueva normativa de fomento de la competencia siguen abiertas.
La prioridad de Brufau es dar el mayor valor a sus acciones y relaciones comerciales en CLH y no la presidencia del operador
Repsol YPF no ha tirado la toalla y en principio sigue queriendo que sea Ramón Blanco, a quien colocó ya como consejero de CLH a finales de enero en sustitución de Blas Oliet, el próximo presidente y consejero delegado del operador logístico. Tal pretensión se deslizó en una nota pública unos días antes, el 13 de enero, en la que el presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau, anunció un cambio sustancial del organigrama de su compañía y la supresión del cargo de consejero delegado que ocupaba hasta entonces Blanco.
Varios socios de Compañía Logística de Hidrocarburos se enteraron de esos planes por los periódicos e hicieron llegar de inmediato a los gestores de la compañía hispano-argentina su enfado por no haber sido consultados. Un malestar "más por cuestión de formas" que por "razones de fondo", señalan en el sector, pero que ha retrasado los planes de Repsol y ha obligado a Brufau (el nombramiento del presidente de CLH requiere el respaldo del 65% del capital) a contar con los demás socios (véase el gráfico adjunto) para ésta y para otras decisiones.
"Nuestra propuesta sigue siendo la misma, pero no queremos precipitaciones", reiteran desde entonces fuentes de Repsol, quienes añaden que las conversaciones siguen su curso y que no hay ninguna oposición de fondo al nombramiento de Blanco y a la sustitución de Boyer.
El ex ministro socialista, que acaba de cumplir 66 años, llegó a la presidencia de la CLH (antigua Campsa) en julio de 1999, nombrado por el Gobierno de Aznar y respaldado por el entonces presidente de Repsol, Alfonso Cortina. Boyer, en consonancia con su evolución ideológica y su amistad con Aznar, colaboró como uno de los patronos de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (Faes), nacida de la fusión de otras fundaciones ligadas al PP. Fundación que en los últimos días ha difundido un polémico vídeo interpretativo de los atentados y las elecciones de marzo pasado.
Con tales avatares, ningún socio de CLH defiende a fondo hoy la continuidad de Boyer, dicen en el sector, "pero es normal que exijan contrapartidas a Repsol por apoyar el cambio". Entretanto, el grupo que preside Brufau ha relevado a Jorge Segrelles y Juan Antonio Ortega y Díaz Ambrona como representantes suyos en CLH y los ha sustituido por Luis Suárez de Lezo y Pedro Fernández Frial .
De forma paralela a esta nueva estrategia de cambio progresivo y pactado, que está propiciando ahora Repsol en la dirección de CLH, se están manteniendo conversaciones entre varios socios del operador sobre el futuro de sus participaciones.
El Gobierno puede forzarles a reducir sus actuales participaciones accionariales en el operador logístico de hidrocarburos, lo que haría más difícil a Repsol y a otros socios la renovacion de la dirección de CLH y el control de la misma.
Sin embargo la prioridad de Brufau en este momento, advierten fuentes cercanas al presidente ejecutivo de Repsol YPF, no es obtener la presidencia del operador logístico de hidrocarburos, sino el maximizar el valor de sus acciones y el valor de sus relaciones comerciales (su grupo representa el 60% del negocio de CLH) en la citada compañía.
600 millones en juego
Repsol y otros socios de CLH buscan coordinarse de cara a una posible reducción forzada de sus participaciones. Tras el anuncio en febrero, por parte del Gobierno, de un listado de medidas de impulso a la productividad y a la competencia, el sector está a la espera de un decreto que desarrolle su aplicación a la distribución y comercio de carburantes. El mandato para abordar tal desarrollo lo recogía el B.O.E. del 2 de abril.
El decreto, a la vista de las limitaciones impuestas ya en las compañías gestoras de las infraestructuras gasista y eléctrica, puede obligar a los socios titulares de redes de gasolineras (Repsol, Cepsa y Disa) a reducir sus participaciones en CLH a un máximo del 5%. En conjunto, habría que colocar en el mercado o a inversores institucionales un 34,15% del operador. Las dudas en torno a esta operación, cuyo valor puede oscilar entre 500 y 650 millones de euros, se plantean sobre una posible colocación en Bolsa, la negociación de acciones de CLH languidece hasta ahora por su escaso volumen en el mercado de corros, o su venta a inversores institucionales.
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