Aliento para el alquiler
Las decisiones adoptadas hasta ahora por el Gobierno en materia de vivienda tienen que hacer frente a una evidente contradicción: el mercado necesita reformas que sólo pueden surtir efecto a medio y largo plazo, pero se exigen resultados inmediatos. La Sociedad Pública del Alquiler, que funcionará este otoño, adolece inicialmente de este mal. Resulta evidente que la ampliación, mejora y credibilidad del mercado nacional del alquiler son condiciones imprescindibles para aliviar la presión de la demanda sobre los precios de la vivienda.
Desde tal perspectiva, la Sociedad Pública de Alquiler puede ser un resorte importante en el futuro mercado de la vivienda. Pero no surtirá efectos de forma inmediata y su eficacia dependerá casi de forma directa de las condiciones de funcionamiento. En este punto se suscitan algunas dudas. El Gobierno ha configurado el organismo como una sociedad anónima con un capital de 20 millones de euros (seis millones desembolsados este año) y un periodo de vigencia de 10 años. El funcionamiento de la Sociedad será, a grandes rasgos, así: el propietario del piso que se quiere arrendar lo entrega a la sociedad pública; ésta garantiza que el arrendador percibirá el arrendamiento mensual durante cinco años desde el primer contrato; al tiempo, mediante una red de seguros, también garantiza el mantenimiento del inmueble, las asesorías jurídicas pertinentes para el arrendador e, incluso, el pago de costas de procesos judiciales en caso de litigio.
Para que la sociedad tenga éxito es necesario que ofrezca la debida credibilidad ante sus hipotéticos clientes, y en este punto sería deseable que explicara cómo hará frente a las dificultades de gestión que se avecinan a una agencia pública si quiere atender el sinfín de reclamaciones que, sin duda, estarán sobre la mesa una vez puesta en marcha. Su concepción -incluso la tasa del 20% del alquiler que percibirá como retribución- entra en el capítulo de lo razonable; incluso de lo urgente. La praxis de la sociedad determinará su éxito.
