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Berlusconi ataca a la izquierda tras reconocer su derrota electoral

Andrea Rizzi

El hundimiento político de la coalición de centro-derecha liderada por el presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, en las elecciones regionales italianas asumió al final del recuento proporciones espectaculares. No sólo en el número de regiones conquistadas, 11 a 2 a favor de la oposición, sino también en la cifra total de votos conseguidos por las dos coaliciones: un 53% el centro-izquierda (más de 14 millones), un 44% el centro-derecha (12 millones).

"Estoy tranquilo. Estoy gobernando de la mejor forma posible". Tras un largo y significativo silencio, Berlusconi quiso mostrar serenidad. "Lo sabía, el resultado era previsible. Los italianos han votado con el mismo sentimiento político que hemos ya visto en otros países europeos", añadió, quizás refiriéndose a España. Sin admitir errores, se lanzó luego en el habitual ataque a la oposición: "Si ganan sus políticas, tendremos un régimen vengativo y justicialista, enmascarado en la legalidad y hostil a todo lo que es privado", dijo Berlusconi.

A lo largo del día, los dirigentes del partido de Berlusconi, Forza Italia, se apresuraron a mostrar

que se trataba de un voto regional, y no de un referéndum sobre el Gobierno. Forza Italia sufrió, en la coalición de Gobierno, el peor retroceso, cayendo del 25% que obtuvo el año 2000 al 18% actual.

El ministro de Asuntos Exteriores, Gianfranco Fini, reconoció, sin embargo, que se trató de "un voto en contra del Gobierno". Su partido, Alianza Nacional (AN), perdió la región de Roma (el Lazio), pero se mantuvo estable en número de votos. "La coalición está desequilibrada hacia el norte", señaló.

Divergencias

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El comentario de Fini reabre el escenario sobre una cada vez más perceptible divergencia en el interior de la coalición de Gobierno entre el bloque AN-UDC (los ex democristianos), centralista y más proclive a la protección social, y el bloque Forza Italia-Liga Norte, federalista y liberal.

La divergencia adquiere una particular relevancia con vistas al voto parlamentario -que tendrá lugar en los próximos meses- sobre la reforma constitucional que prevé un aumento de las competencias de las regiones y de las prerrogativas del presidente del Gobierno.

El anhelo federalista, inspirado por la Liga Norte y apoyado por Forza Italia, que ya había provocado el malestar en AN y UDC, es ahora visto como una de las causas principales de la derrota. El centro y el sur del país no comparten esas medidas. Que el centro-derecha haya ganado sólo en dos regiones del norte, además con un buen resultado de la Liga Norte, en ligero avance, es para muchos una señal en este sentido.

Desde el punto de vista de la oposición, los motivos de la derrota de la coalición de Gobierno son muy claros: "Berlusconi ha perdido porque no ha mantenido sus promesas", dijo ayer Romano Prodi, líder de la oposición.

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Sobre la firma

Andrea Rizzi
Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas).

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