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El Síndic sugiere al Consell que modifique el vial Cabanes-Oropesa

Aconseja estudiar las alternativas conservacionistas a la carretera

María Fabra

El Síndic de Greuges recomienda al Consell, en repuesta a una queja de los ecologistas, que "extreme las precauciones" en las obras de la carretera Cabanes-oropesa y pondere todas las medidas, entre ellas "una nueva valoración de las distintas alternativas de trazado posibles e, incluso, la suspensión de las obras para evitar que la construcción de la carretera por su trazado sur genere daños ambientales de imposible reparación".

El escrito del Síndic de Greuges, Bernardo del Rosal, es claro en la conclusión con la que da respuesta a una queja del Grupo para el Estudio y Conservación de los Espacios Naturales (Gecen) sobre la carretera Cabanes-Oropesa, paralizada parcialmente por un juzgado. De esta manera, pide a la Generalitat, que ejecuta la obra, que estudie las alternativas conservacionistas.

El Síndic se basa en los principios de "precaución y acción preventiva", como recoge el proyecto de Constitución Europea, para realizar la recomendación a ambas consejerías. Además, hace referencia en su respuesta a Gecen a su comparecencia ante la comisión especial las Cortes Valencianas para la reforma del Estatuto, durante la cual presentó una propuesta sobre el derecho de los valencianos "a una protección elevada del medio ambiente y del paisaje, mejorando su calidad y conservación con arreglo a los principios de prevención y desarrollo sostenible".

Del Rosal resalta el hecho de que los departamentos que presiden José Ramón García Antón y Rafael Blasco no le han remitido ninguno de los documentos requeridos para poder evaluar y profundizar en la queja presentada por Gecen. Entre otros, el Síndic les solicitó una copia de las declaraciones ambientales favorables al proyecto de construcción de la carretera, un informe sobre el desarrollo actual de la obra y otro con las razones técnicas, jurídicas y económicas con las que, según la consideración de la Administración autonómica, se justifica el rechazo a la opción norte, que defienden los ecologistas.

Tras el requerimiento de Del Rosal, las consejerías se limitaron a señalar que la actuación está inmersa en un procedimiento judicial ante lo que el Síndic de Greuges considera que pese a que "no puede entrar a examen sobre cuestiones pendientes de resolución judicial", este hecho "no impide investigar sobre los hechos generales".

El proyecto Cabanes-Oropesa provocó, desde el primer momento, el enfrentamiento entre ecologistas y Administración. Gecen presentó una denuncia por un supuesto delito ambiental ya que, en el primer proyecto, el trazado invadía el parque natural del Desert de Les Palmes. Infraestructuras corrigió el proyecto después de que el juzgado advirtiera que, de ejecutarse el vial, sus responsables incurrirían en dicho delito. Este procedimiento supuso la primera paralización cautelar de las obras. Meses después, Infraestructuras decidió continuar con las obras pese a la advertencia de los ecologistas de que la variación del trazado no eludía el impacto sobre el ecosistema y, especialmente, sobre una especie cavernícola conocida como la "gamba de Miravet". Ante la continuidad de las obras, otro juez decidió paralizar parcialmente, por segunda vez, las obras.

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