Subastas 'on line' de mano de obra
'www.jobdumping' escandaliza a sindicalistas y políticos, pero ha puesto en contacto ya a 1.300 parados con empleadores
El paro, como el hambre, aviva el ingenio. Y en Alemania hay ahora mucho desempleo (5.176.000 parados, un 12,5% de la población activa) y nunca ha faltado el ingenio. Así ha nacido, primero como un juego de provocación de un estudiante y más tarde como una actividad mercantil en toda regla, un portal que subasta en Internet mano de obra. La inciativa ha escandalizado a sindicalistas y a muchos políticos alemanes, aunque reconocen que puede ser "inmoral" pero no es "ilegal" . Www.jobdumping.de (significa dumping laboral, o sea, competencia desleal por debajo de los precios del mercado) ha puesto en contacto desde su inicio, en noviembre, a 1.300 parados con otros tantos empleadores en busca de un servicio.
"Lo lógico es que empleador y empleado acerquen posiciones hasta llegar a un acuerdo sobre el precio del servicio prestado", defiende Löw
"No hemos luchado tantos años por los derechos de los trabajadores para esto", afirma sobre el portal la sindicalista Martina Sönnichsen
El polémico Fabián Low ha creado recientemente un segundo portal en Internet: 'Lohnauktion' (subasta de sueldos)
Bajo el apodo de "Stone", un vecino berlinés se ofrecía esta semana en Internet como paseador y/o entrenador de perros difíciles con o sin presencia del amo. El precio de sus servicios, 10 euros por hora..., a no ser que alguien le dé más.
No es un portal de empleo en la Red normal, sino uno de subasta especializada. Su nombre es www.jobdumping.de (que significa dumping laboral, o sea, competencia desleal por debajo de los precios del mercado) y el principio en que se basa es el mismo que en otras conocidas webs de subastas, sólo que en este caso no es una bicicleta o un piano lo que se ofrece, sino la propia mano de obra.
Con cinco mil usuarios registrados en Alemania, Jobdumping ha puesto en contacto desde su inicio el pasado mes de noviembre a 1.300 parados deseosos de trabajar con otros tantos empleadores en busca de un servicio. El principio escandaliza a los sindicatos y también a muchos políticos por su salvaje neoliberalismo, por tratar la fuerza de trabajo como puro producto que puede comprarse y venderse y por despojar al trabajador de su dignidad.
Jugar con la desesperación
Jobdumping funciona como cualquier subasta: quien ofrece su propia mano de obra, por ejemplo, un asistente de oficina, le pone un precio mínimo al que estaría dispuesto a trabajar -el mínimo permitido en Jobdumping es de tres euros la hora- y espera que algún interesado le ofrezca más. Del mismo modo, si alguien busca quien le arregle el jardín tres veces a la semana, introduce el precio máximo que querría pagar y espera que alguien se lo haga por menos. Esto, aducen los críticos, es jugar con la desesperación de los parados.
Tres euros por hora es menos de la mitad de 7,50 euros, la cantidad que los expertos manejan como sueldo mínimo necesario para que una persona pueda vivir de su trabajo una vez pagados los impuestos. Pero el responsable de Jobdumping aduce que sigue siendo tres veces mayor que la remuneración de un euro por hora que está proponinendo el Gobierno para que los parados de larga duración puedan hacerse con unos ingresos extra que complementen su subsidio de desempleo.
Jobdumping.de es el producto de una sociedad alarmada por su elevado índice de paro, que en el pasado mes de marzo alcanzó el 12,5% de la población activa, una décima menos que en febrero cuya tasa fue la mayor registrada en este país desde los años treinta. Y aunque su aceptación entre los potenciales usuarios ha sido más bien moderada, la prensa se le ha echado encima por su nueva y polémica visión del mercado laboral como si de un puesto de feria se tratara.
Crear polémica. Ésa era la intención de su creador, Fabian Löw, un estudiante de Trabajo Social de 31 años. "En noviembre lanzamos el primer portal con el nombre 'job dumping', un concepto de connotaciones negativas, para provocar a la gente y lograr así un cambio de actitud", explica Löw, que desde el mes de febrero gestiona un portal paralelo con el más neutro nombre de 'Lohnauktion' (subasta de sueldos).
El cambio de actitud que demanda Fabian Löw consiste en que los desempleados estén dispuestos a rebajar sus exigencias de sueldo a cambio de conseguir un trabajo. "Lo lógico es que el empleador y el empleado acerquen posiciones hasta llegar a un acuerdo sobre el precio del servicio prestado", dice Löw.
Tanta polémica ha creado este estudiante de Trabajo Social que la universidad en la que cursa su carrera no quiere que su nombre aparezca en la prensa relacionado con él. Fabián Löw oculta también en el seno de qué partido político trabajó en el Parlamento regional de Renania del Norte-Westfalia y en el federal, en el área de mercado laboral y política social. De ahí le viene su dominio del tema, asegura.
Löw no es el primero en explotar la idea de la subasta aplicada al mercado laboral. Ya desde unos meses antes se podía contratar mano de obra barata para reparaciones, chapuzas y obras a domicilio en varias webs en las que el que pedía menos dinero se llevaba el trabajo. Se trata de una práctica que expertos del sindicato de la construcción IG Bau están estudiando con lupa por considerarla al borde de la ilegalidad.
Pero no es ilegal. El diputado y portavoz de política laboral del Partido Liberal Democrático (FDP) en el Parlamento alemán, Dirk Niebel, lo considera simplemente "inmoral". "Es parecido al comercio de esclavos", denuncia la portavoz del sindicato del sector servicios v.er.di, Martina Sönnichsen. "No hemos luchado tantos años por los derechos de los trabajadores para esto", añade Sönnichsen.
El experto en mercado laboral de la Federación Alemana de Sindicatos (DGB), Johannes Jakob, considera la subasta de sueldos inofensiva porque duda de que pueda llegar a tener mayor alcance. "La verdadera fuerza de trabajo no se puede vender como si fuera una lavadora", afirma Jakob. "Los trabajadores cualificados no se ofrecen en este portal y dudo que un empresario serio acuda a él, porque lo que busca es cualificación", cree Jakob.
Imitaciones y abusos
La novedad de Jobdumping radica en que no sólo se puede anunciar el que busca personal, sino que también el desempleado se puede ofrecer para trabajar. Además, abarca un campo mucho más amplio que las chapuzas. El paseador de perros, por ejemplo, ofrece también los servicios de su propio "perro terapéutico" a colegios, guarderías y residencias de ancianos para tratamiento de minusvalías. Seis mil profesiones de 1.200 sectores tienen cabida en Jobdumping.de. El otro lado de la moneda es el abuso que se puede hacer de él. Otro portal alemán similar, llamado jobdoo.de, tuvo que bloquear la oferta de un hombre que buscaba una "atractiva acompañante" para ir a la sauna.
Pero Löw asegura que su portal no fomenta el empleo ilegal, sino todo lo contrario. "Nuestras condiciones de uso son estrictas y obligan a los usuarios a firmar un contrato legal en el plazo de una semana", asegura. Dirk Niebel se muestra escéptico. "A este paso vamos a llegar al punto de ofrecer nuestro trabajo a cambio de un plato de sopa caliente", lamenta.
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