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Artur Mas acusa a Maragall de "distorsionar" el debate sobre la financiación

La decisión del Gobierno catalán de elaborar su propia propuesta de reforma de la financiación de la Generalitat que ha de figurar en la del Estatuto de Autonomía ha satisfecho al líder de la oposición, Artur Mas, que llevaba varias semanas reclamándola. Pero Mas acusó ayer al presidente Pasqual Maragall de "distorsionar" el debate al cifrar por lo menos en 2.400 millones de euros anuales la mejora que se debe obtener.

Mas argumentó que dentro de dos o tres meses "quizá será el momento de ponerse de acuerdo sobre qué rendimiento" su formación espera del nuevo sistema, "pero no ahora". En estos momentos, a juicio del líder de Convergència i Unió (CiU), se trata de definir el "nuevo sistema de financiación para Cataluña, diferente del que ha regido en estos 25 años". Mas acusó a Maragall de "cambiar las cifras cada día" y por eso negó credibilidad a los 2.400 millones a los que se refirió el presidente, una cantidad que superaría por 10 los recursos conseguidos por CiU en las negociaciones con el PP de 2001.

El consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, intervino en el debate y habló de los dos asuntos: de la cifra y del modelo de financiación. Saura dio por buenos los 2.400 millones apuntados por Maragall, aunque matizó que "se puede pedir mucho más" y que el proceso de mejora no se llevaría a cabo "de un día para otro", sino que abarcaría un periodo "de cuatro, cinco o seis años".

Más allá de los números, Saura pidió que el nuevo Estatut garantice "unos ingresos similares a los de las comunidades forales", es decir, Navarra y el País Vasco. Saura reiteró que el Gobierno tripartito hará llegar "en las próximas semanas" su propuesta de financiación al Instituto de Estudios Autonómicos, que la tramitará a la ponencia parlamentaria que elabora el Estatut. Mas presiona para que lo haga cuanto antes, aunque ayer puso en duda la capacidad del Gobierno para "ponerse de acuerdo", debido a las diferencias entre el Partit dels Socialistes y Esquerra Republicana en esta materia.

Mientras, el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, dio un espaldarazo al tripartito al anunciar en Barcelona su apoyo a la reforma del sistema de financiación para Cataluña. Iglesias dijo que no sufre por el alcance de la reforma porque confía en el seny de los dirigentes catalanes.

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La renuencia de CiU a la celebración de una nueva cumbre de líderes políticos para desbloquear los asuntos conflictivos de la reforma topó con la respuesta tajante de Saura. El consejero no se anduvo con rodeos y dijo que la reunión se celebrará durante el mes de mayo, "independientemente" de si la federación nacionalista acude o no. Mas ya expresó que se niega a asistir si es Maragall quien convoca la reunión. Saura tachó esta actitud de "inaceptable e inexplicable". Le pidió que rectifique y reconozca la "legitimidad" del presidente para convocar la cumbre.

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