Innovación tecnológica en el transporte
"Tres horas de espera" le tocaron a David Coll, un fotógrafo barcelonés que está afincado en Tokio, antes de darse una vuelta de 15 minutos en Limino, el primer servicio comercial de trenes de levitación electromagnética cuya característica es que flotan sobre la vías en lugar de rodar.
Limino cubre los nueve kilómetros que separan el recinto ferial de la ciudad de Nagoya, a una velocidad máxima de 100 kilómetros por hora. Es un servicio de Japan Railways (como la Renfe en versión nipona), compañía que presenta en su pabellón el prototipo del Maglev Shinkansen (tren bala de levitación electromagnética) que ya alcanzó la friolera de 581 kilómetros por hora en 2004. Es decir, que sería capaz de recorrer la distancia entre Madrid y Barcelona en menos de una hora, un sueño imposible en España a punto de ser realidad en Japón, aunque su despliegue requiere una inversión de miles de millones de euros.
Ya en el interior de la exposición, autobuses lanzadera sin tripulación permiten desplazarse de un extremo a otro. Se trata del Sistema de Transporte Multimodo Inteligente (IMTS, por sus siglas en inglés), un ingenio que combina, según sus responsables, la puntualidad, velocidad y capacidad de los trenes convencionales con la eficiencia económica y flexibilidad de los autobuses de línea regular.
La góndola teleférica, que lleva del recinto Nagakute al de Seto, proporciona una vista panorámica de toda la exposición salvo cuando sobrevuela durante unos dos minutos edificios habitados. Entonces, las ventanas se vuelven opacas. Los que tengan miedo a las alturas pueden realizar el mismo trayecto en los autobuses híbridos desarrollados por TMC.
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