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Reportaje:

Marejada en la línea de Orán

Un transbordador hará la ruta Alicante-Argelia pese a la oposición del PP

El argelino Toufik Boucebha trabaja desde 1996 en un bar de Andalucía. Ayer viajó a Alicante para embarcarse en un buque que Trasmediterránea comenzó anoche a operar en su nueva línea con Orán. Ni Boucebha ni la mayor parte del pasaje del Ciudad de Valencia -el transbordador que dos veces a la semana cubrirá el trayecto Alicante-Orán-Alicante- conocen la controversia, la marejada política, que ha precedido la implantación de este enlace marítimo.

En una ciudad como Alicante (316.000 habitantes) donde nunca han existido graves problemas de convivencia, y donde desde hace más tres décadas ya funciona una línea marítima con Argelia, la férrea oposición del Partido Popular (en los gobiernos del Ayuntamiento, la Diputación y la Generalitat) a que Trasmediterránea establezca otro enlace con el Magreb ha fomentado un clima de confrontación entre ese partido y la comunidad argelina de la ciudad.

"Debo proteger a los argelinos de esta campaña xenófoba del PP", asegura el cónsul en Alicante

El rechazo a la línea con Argelia es uno de los escasos asuntos que ha cohesionado en los últimos meses al PP valenciano, dividido entre campistas (partidarios del presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps) y zaplanistas (seguidores del portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana).

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ha expresado en las Cortes Valencianas que el PP no quiere pasajeros argelinos en Alicante, porque nadie le ha dado "una razón de tipo económico o de desarrollo" que avale la conveniencia de ese enlace marítimo. El portavoz de Esquerra Unida, Joan Ribó, le replicó que el rechazo al enlace marítimo sitúa al PP en posiciones de extrema derecha. Y en el fragor del debate, Ribó y Camps se acusaron de fomentar la xenofobia.

El consejero de Economía de la Generalitat, Gerardo Camps define lo que quiere y lo que no quiere su gobierno del Magreb. Una cosa es una línea de pasaje, que no interesa a su gobierno, dice, y otra "una puerta de exportación, que nada tiene que ver con los pasajeros". En el seno del PP valenciano se han producido en las últimas semanas todo tipo de declaraciones para desacreditar la línea, aunque todas ellas bajo un denominador común: la ausencia de datos que avalen los hipotéticos perjuicios que tal conexión producirían a la ciudad. El portavoz del PP en el Ayuntamiento de Alicante, Pedro Romero, concluyó, tras culpar a los inmigrantes del aumento del paro en la ciudad, del colapso de la sanidad y de la saturación en las escuelas públicas, que esa línea es "una amenaza para la convivencia". No ofreció ni un dato para acreditar tales afirmaciones. El presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll, establece una relación causa-efecto entre la proliferación de comercios regentados por argelinos y la degradación del centro tradicional de Alicante. Y el alcalde, Luis Díaz Alperi, asegura que la ciudad "no puede soportar más inmigrantes".

Ante la posición del PP, el cónsul argelino en Alicante, Abdelkrim Benchiah, declara: "No quiero interferir en la política local, pero debo proteger a los argelinos de esta campaña xenófoba".

Un estudio no actualizado de la Universidad de Alicante indica que el trasiego de argelinos a Alicante para efectuar sus compras deja anualmente entre 30 y 42 millones de euros en la ciudad.

Boucebha, entretanto, será hoy por la mañana uno de los primeros en llegar a Orán en el polémico nuevo enlace marítimo.

Las nuevas oficinas de Trasmediterránea en la estación marítima de Alicante.
Las nuevas oficinas de Trasmediterránea en la estación marítima de Alicante.OLIVARES NAVARRO

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