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Bono venció la resistencia del Gobierno a dar un ascenso póstumo al golpista Ynestrillas

La medida, rechazada en el Consejo de Ministros del 11-M, prosperó una semana después

Miguel González

"Nuestros enemigos de hoy no son los muertos", afirmó el ministro de Defensa, José Bono, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del pasado 18 de marzo. La frase aludía a la polémica retirada de la estatua ecuestre de Franco en Madrid, pero podía haberse referido al ascenso honorífico del comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas -condenado por su implicación en la golpista Operación Galaxia- junto al de otros 340 militares y guardias civiles asesinados por ETA, que el Gobierno aprobó ese mismo día pese a la resistencia inicial de algunos ministros.

Los libros de historia de la transición española tendrán que corregirse. El comandante Sáenz de Ynestrillas, compañero de conspiraciones golpistas del teniente coronel Antonio Tejero en los primeros años de la democracia es, desde el pasado 18 de marzo, teniente coronel.

El Gobierno aprobó en su última reunión antes de Semana Santa un decreto del Ministerio de Defensa que le concede un ascenso honorífico -es decir, sin efecto económico alguno- a título póstumo, al igual que a otros 340 militares y guardias civiles muertos en atentado terrorista.

Pero Bono no tuvo fácil sacar adelante este ascenso. Estaba previsto que el correspondiente real decreto se aprobara el viernes anterior, coincidiendo con el primer aniversario del 11-M, y así se había anunciado públicamente, pero fue tumbado en el último minuto por varios ministros, que se negaron a aprobar, ni siquiera con carácter póstumo y meramente honorífico, el ascenso de un golpista convicto y contumaz.

En mayo de 1980, Ynestrillas fue condenado a seis meses de prisión como reo de un delito de rebelión, por participar en un compló para derribar el Gobierno de Adolfo Suárez. La levedad de la pena permitió que no fuera expulsado del Ejército y siguiera su carrera.

"A todas las víctimas"

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A pesar del primer revés sufrido, Bono volvió a la carga en el Consejo de Ministros del 18 de marzo, con el argumento de que, una vez cumplida su pena, Ynestrillas fue ascendido a comandante por el propio régimen democrático con el que pretendía acabar. Del mismo modo, habría ascendido al empleo de teniente coronel, que ahora se le ha otorgado con carácter honorífico, sin más condición que la pura antigüedad, si ETA no hubiera acabado con su vida el 17 de junio de 1986.

Pero el principal argumento esgrimido por Bono fue la necesidad de no establecer ninguna discriminación entre las víctimas del terrorismo, no sólo en función de la identidad de sus verdugos -entre los ascendidos hay muertos a manos de ETA y del integrismo islámico, pero también están los agentes del servicio secreto CNI asesinados en Irak- sino también por sus ideas o trayectoria anterior.

La Ley del Régimen del Personal Militar Profesional de 1999 permite al Consejo de Ministros conceder ascensos honoríficos "en atención a méritos excepcionales o circunstancias especiales". El decreto, publicado el pasado día 22 en el BOE, alude exclusivamente a la existencia de "circunstancias especiales" y explica que la medida responde al "deseo de honrar la memoria de los militares y guardias civiles que fueron asesinados en atentado terrorista".

El Gobierno podía haber excluido a Sáenz de Ynestillas ya que el ascenso honorífico es una potestad suya, no un derecho del afectado. Pero en el mismo atentado en el que el oficial golpista perdió la vida murieron otros dos militares: el teniente coronel Carlos Vesteiro y el soldado Francisco Casillas, por lo que la discriminación habría resultado palmaria.

Fuentes del Ministerio de Defensa recordaron que, el pasado 11 de marzo, en el Bosque de los Ausentes, en el madrileño parque del Retiro, el Rey depositó una corona de flores con la inscripción: "A todas las víctimas del terrorismo". Sin ningún tipo de distinciones.

El día 18, aprovechando el retraso en la tramitación de los ascensos de Defensa, el Consejo de Ministros aprobó también el ascenso honorífico de 176 policías muertos en atentado terrorista. Para ello, tuvo que aprobar una norma regulando este tipo de ascensos, hasta ahora inexistentes en Interior.

Bono y la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, tras el Consejo de Ministros del día 18.
Bono y la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, tras el Consejo de Ministros del día 18.M. ESCALERA

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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