Japón pide a la UE que no levante el embargo de armas a China
Jacques Chirac apoya que Tokio sea miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU
El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, y el presidente francés, Jacques Chirac, revelaron en su entrevista de ayer en Tokio sus divergentes posturas sobre el eventual levantamiento por la Unión Europea (UE) de la prohibición de vender armas a China, posibilidad que Tokio, al igual que EE UU, rechaza de forma decidida, mientras que Francia, junto con Alemania, aboga por el fin del embargo.
Japón está "preocupado" por el posible fin del embargo. "Desde hace más de diez años [China] ha aumentado de forma regular su presupuesto militar en una tasa superior al 10% anual", mientras que el gasto nipón en defensa "ha sido reducido sucesivamente en los últimos tres años", aseveró Koizumi en una conferencia de prensa conjunta con Chirac, en la que se reveló una vez más el temor japonés a un rearme militar chino y a la desestabilización de Asia.
Japón "no ve el crecimiento económico de China como amenaza, sino como una oportunidad, pero en temas de seguridad, como Taiwan, hemos reclamado una solución pacífica", recordó el primer ministro japonés. Por el contrario, Chirac consideró que el fin del embargo, impuesto en 1989 tras la sangrienta represión de las manifestaciones en favor de la libertad y la democracia en la plaza de Tiananmen, "es una reivindicación legítima de China", que se basa "únicamente en razones políticas". Chirac aclaró que el levantamiento de la prohibición "no supondrá que vaya a haber cambios en las exportaciones de armas o de tecnología sensible [a China], sujetas a controles y reglas que no pueden ser violadas".
Ley Antisecesión
La UE pretendía poner fin al embargo europeo a finales del próximo mes de junio, cuando se producirá el traspaso de poder de la presidencia comunitaria, que ejerce ahora Luxemburgo, al Reino Unido. Este último país ha propuesto que ese momento se aplace, debido a que el pasado 14 de mayo el Parlamento chino aprobó la llamada Ley Antisecesión, que autoriza el uso de la fuerza contra la que denomina provincia rebelde si se declara independiente, pues considera parte irrenunciable de su territorio la isla de Taiwan, donde se refugiaron en 1949 los nacionalistas al perder la guerra civil contra los comunistas.
Ambos líderes también revelaron sus posiciones encontradas sobre si debe ser Japón o Francia el país que construya y albergue la sede del futuro reactor experimental de fusión termonuclear (ITER, en sus siglas en inglés). Koizumi reiteró a Chirac que Japón no cede en la batalla para que ese proyecto, cuya inversión se calcula en 10.000 millones de euros en los próximos 30 años, se levante en Rokkasho, al noreste de la isla de Honshu, donde está Tokio, posición que obstaculiza que se llegue pronto a un compromiso.
Koizumi y Chirac se mostraron, sin embargo, unánimes al exigir a Corea del Norte "la reanudación rápida" de la negociación sobre su polémico programa nuclear. Ambos dirigentes también coincidieron en considerar fundamental que Japón cuente con un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.
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