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Entrevista:JAVIER MOZAS | Arquitecto

"La vivienda vasca es claro ejemplo de 'tedioarquitectura"

Aunque trabaja en su ciudad natal desde 1982 y ha seguido la construcción vasca como responsable de distintas publicaciones, el arquitecto Javier Mozas (Vitoria, 1958) define la vivienda que se construye hoy en Euskadi como un "destacado ejemplo de tedioarquitectura". "La calidad media de las viviendas deja mucho que desear", comenta el responsable, junto a la periodista Aurora Fernández Per, del libro Densidad/densitiy (Ediciones a+t), que presenta más de 60 proyectos y 12 planes urbanísticos de todo el mundo.

Pregunta. Su libro no incluye ningún ejemplo de vivienda en Euskadi y Navarra, cuando en otro tipo de construcciones hay referentes internacionales.

Respuesta. La situación no es diferente de la del resto de España. En los últimos diez años se ha construido el 21% del parque de viviendas; con diferencia, el país europeo con mayor índice de edificación en este campo. Esto es una barbaridad. Por decirlo de otra manera: entre los años 60 y 80 el desarrollo fue lineal; desde entonces es exponencial. Nos estamos quedando, además, sin el soporte físico sobre el que se asientan las ciudades.

P. Un problema grave para generaciones futuras.

R. La solución vendrá por la renovación del tejido que se está quedando obsoleto con planes de rehabilitación y, por otro, con el aumento de la densidad de los nuevos ensanches.

P. Algo que no ha ocurrido en Lakua, en Vitoria.

R. Este barrio tiene una densidad media lejos de los parámetros que se mueven en el resto de Europa porque Vitoria no tiene el problema de suelo que, por ejemplo, padece Bilbao. Por eso se gasta más alegremente.

P. Así y todo, todos los nuevos ensanches nacen ya viejos. Parece que no están pensados para la sociedad actual.

R. La familia tradicional está desapareciendo. Ahora hablamos de unidades de convivencia. La tendencia dominante conduce a que cada persona se procure su propio entorno vital en el que desarrollarse.

P. Eso puede suponer un volumen brutal de edificación.

R. Pero esa vivienda no tiene por qué ser de 90 metros cuadrados. Serán células donde cada cual desarrolle su vida privada acompañadas de espacios públicos para la reunión.

P. ¿Tiene Euskadi algún ejemplo de esa nueva tendencia?

R. Lo único que se está desarrollando son los apartamentos tutelados para personas mayores que han vendido sus viejos pisos para adquirir esta nueva vivienda dotada de servicios para ellos.

P. ¿Y la casa flexible, esa propuesta que aboga por la reconversión fácil del espacio en función de quien lo ocupe?

R. La flexibilidad de la vivienda es una falacia, porque la mayoría de las personas, cuando quiere cambiar de vida, lo que hace es cambiar de vivienda, no reformar la suya. Otra cosa es lo que ocurre en otros países donde te entregan el piso con el acabado en bruto para que luego cada uno lo adapte a sus necesidades.

P. ¿Es eso posible en Euskadi?

R. Aquí, la normativa de viviendas protegidas exige unos parámetros de costos y acabado que no permiten que el remate quede a voluntad del usuario.

P. Es decir, que la legislación es muy estricta.

R. Creo que la normativa de las VPO hay que flexibilizarla y ponerla al día. No permite, por ejemplo, otros usos que no sean los propios de la vivienda de una familia de cuatro miembros. Estos pisos no están pensados para recibir amigos, para trabajar. Pero, hay que entenderlo, las ordenanzas siempre van por detrás de las formas de vida. No son como el IPC, que se actualiza cada año.

P. En Vitoria se ha propuesto reutilizar las lonjas como vivienda. ¿Qué le parece?

R. En muchos países de Europa hay vivienda en planta baja. No es una mala salida para intentar reducir el precio de la vivienda y que además favorece el uso de los bajos comerciales que ahora están vacíos. Pero voy más lejos: también habría que cambiar las ordenanzas para que incluso los almacenes agrícolas de los pueblos se puedan reconvertir en alojamiento.

P. De momento, el panorama no da para muchas alegrías.

R. La arquitectura de viviendas está anquilosada y la variedad brilla por su ausencia. No hay camino para la investigación; sólo el concurso Europan aporta aire nuevo a un panorama desolador. En resumen, los edificios residenciales que vemos en nuestras calles son aburridos, podríamos hablar de tedioarquitectura. Las soluciones constructivas no están a la altura de las europeas.

P. ¿Qué propone?

R. La arquitectura en general debe conjugar dos factores que tienen igual importancia: el interés social y una expresión poética que respire el aire de su tiempo. En el caso de las viviendas, estos dos ingredientes estarán ceñidos por el corsé pragmático que imponen la normativa y el marco económico. Referido al mundo del cine, sería como una película con un guión de Ken Loach bajo la dirección de Wong Kar-Wai.

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