Relaciones puntuales
Con la fuerza de un apabullante arsenal de datos, Florencio Domínguez en ETA en Cataluña reconstruye la contribución de ETA a los diversos intentos de crear en Cataluña un grupo terrorista independentista. Desmitifica la idea de una intensa colaboración de ETA con el independentismo catalán en los años ochenta, reducida prácticamente a la figura de Juan Carlos Monteagudo. Describe el periodo, ya en los noventa, en que ETA busca refugio en el mundo grupuscular de la extrema izquierda. Y relata el intento de acercarse a sectores de los movimientos contra "todo", como dice el autor, en el periodo entre las dos treguas.
Florencio Domínguez señala los dos crímenes que marcan los dos principales hitos de la relación de ETA con Cataluña: el atentado de Hipercor, que de algún modo desmitifica definitivamente a una organización que para algunos sectores todavía tenía el aura de la resistencia al franquismo y de las luchas de liberación nacional (diez días antes, en las elecciones europeas, Batasuna había obtenido 39.692 votos en Cataluña, dos años después poco más de quince mil); el asesinato de Ernest Lluch que "provocó una conmoción en la sociedad catalana equiparable a la de la masacre de Hipercor" y que fue contestado con una masiva manifestación que tuvo momentos de gran tensión con el presidente Aznar y acabó en "un acto a favor del diálogo".
ETA EN CATALUÑA
Florencio Domínguez
Temas de Hoy. Madrid, 2005
256 páginas. 17,50 euros
En fin, Florencio Domínguez también nos revela anécdotas poco conocidas como, por ejemplo, que el presidente Tarradellas a petición de Adolfo Suárez se entrevistó con Domingo Iturbe Abasolo, el 12 de mayo de 1978 en Le Boulou.
La reiterada complicidad
de la organización terrorista con "el pueblo catalán" no disuadió a ETA de utilizar Cataluña como territorio militar. Por tres razones: porque los atentados en Barcelona y en Madrid tenían más resonancia que en otros sitios. Porque Cataluña era un buen campo de acción cuando los comandos de Madrid estaban demasiado quemados. Y porque permitía actuar contra personalidades del PP y del PSOE cuando éstos se convirtieron en objetivo prioritario. ETA aprovechó la tregua para reorganizar su estructura catalana, lo que le permitió golpear fuerte aquí después.
El minucioso relato se convierte mayormente en análisis al final del libro. Florencio Domínguez explica cómo, tras la manifestación del asesinato de Ernest Lluch, el PP sintió el vértigo de la soledad y aceptó la propuesta de pacto antiterrorista que José Luis Rodríguez Zapatero había puesto sobre la mesa, abriendo de este modo una etapa decisiva hacia la derrota de la organización terrorista. Cuando Abc publicó la noticia de la reunión de Carod Rovira con la dirección de ETA, se llevaban dos años desde el último atentado etarra en Cataluña. Con este episodio ETA, recuperó "un protagonismo que tenía perdido". Desde entonces se entra en una etapa inédita en que ETA es fundamentalmente noticia por informaciones que tienen que ver con su situación desesperada y con una eventual derrota. Por primera vez, "después de que durante décadas Cataluña no ha significado nada consistente para la política vasca", los nacionalistas vascos no la ven "tan lejana y extraña como antaño" y el "modelo Maragall ha contagiado a toda la dirección del PSOE".
"Nunca en la historia de es
ta organización nos hemos encontrado tan mal". Estas palabras de Pakito, en la carta de los seis a la dirección de ETA, abren la reflexión final de Florencio Domínguez. ETA tiene relevo generacional -la incapacidad de los gobiernos democráticos para entender la kale borroka ha sido clamorosa-, armas, pocas o muchas, dinero y voluntad de matar. ¿Por qué entonces decimos que está derrotada? Porque lo que le falta es organización, es decir, capacidad de actuar, debido al eficaz cerco político y judicial al que ha sido sometida y porque cada vez son más serios "los problemas de legitimación de la violencia en sus bases sociales". Las sucesivas estrategias políticas de ETA -la negociación con el Estado, la alternativa democrática, el frente nacionalista- han ido fracasando una tras otra. Sólo errores de bulto ante los últimos intentos de ETA de irrumpir en escena con mensajes al Gobierno podrían impedir la definitiva derrota de la organización terrorista. Domínguez entiende por derrota "que la banda sea incapaz de condicionar la vida pública como lo ha hecho hasta el momento".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.