Menos del 6% de los vascos que buscan piso opta por el alquiler
El porcentaje se sitúa cuatro puntos por debajo de la media nacional
El mercado del alquiler de vieviendas sigue situado bajo mínimos en Euskadi. Tan sólo el 5,7% de los ciudadanos vascos que buscan piso, bien sea por necesidad de cambiar de vivienda, bien por acceder por primera vez a una casa, se inclina por el alquiler. El dato corresponde al último informe elaborado por el Gobierno vasco sobre la necesidad y la demanda de vivienda en la comunidad autónoma, correspondiente al año 2004. En el resto de España, al menos el 10% de las familias opta por el alquiler, muy lejos también de la situación de países como Alemania, Dinamarca y Francia, en los que el arrendamiento supera el 50%.
El informe sobre necesidad y demanda de vivienda concluye que un 5,13% de los hogares de la comunidad (38.226) necesita con cierta urgencia cambiar de piso. Los motivos que aducen las personas encuestadas para elaborar el trabajo son variados, pero destaca el tamaño inadecuado de su actual residencia (un 40,6%). Mientras, un 2,6% alega el mal estado de su vivienda. De todos los que necesitan cambiar, únicamente el 7,1% se decanta por irse de alquiler. En cuanto a las personas que quieren acceder por primera vez a una casa, el informe apunta que son 80.176. De ellas, el 4,3% estaría dispuesta a alquilar un piso frente al 82,3% que se decanta por la propiedad. En total, a 31 de diciembre de 2004, las necesidades de vivienda en Euskadi eran de 118.402.Una causa sobresale por encima de todas las demás para impedir el despegue del mercado del alquiler en la comunidad autónoma: su coste está tan alto que equivale muchas veces al pago mensual de un crédito hipotecario, dado además el bajo nivel en que se encuentran los tipos de interés.
En esta situación, los ciudadanos consideran que vivir de alquiler no les resulta rentable, ya que pagar un piso en propiedad supone una forma de ahorrar y, a la vez, de generar un patrimonio pensando en el futuro. En las tres capitales vascas, la renta media de un alquiler alcanzó durante el tercer trimestre del año pasado -últimos datos disponibles- los 752 euros mensuales, oscilando entre los 696 euros al mes que se pagan Bilbao y los 829 de Vitoria. En medio queda San Sebastián, con un alquiler medio de 796 euros mensuales. El promedio para el conjunto de las tres ciudades resulta un 4% superior al obtenido en el mismo periodo de 2003, aunque en Vitoria el incremento ronda el 8%.
El elevado coste del arrendamiento no supone, con todo, la única razón de que esta fórmula no acabe de triunfar en el País Vasco. Quienes ponen sus pisos en alquiler se consideran, además, desprotegidos desde un punto de vista jurídico. Por una parte, se encuentra el miedo a no cobrar el alquiler, los posibles destrozos en su propiedad y después los problemas que encuentran a la hora de echar a los inquilinos cuando no han pagado o han causado algún tipo de problema. No existe un procedimiento rápido y, a menudo, los trámites resultan farragosos. Debido a la lentitud con la que actúa la justicia en este terreno, una persona que se niega a pagar el alquiler puede permanecer hasta una media de dos años residiendo en esa vivienda mientras espera que salga el juicio.
El Departamento de Vivienda puso en marcha hace ya dos años el programa Bizigune, cuyo objetivo es sacar al mercado los pisos que se encuentran desocupados y dinamizar de esta forma el alquiler. Según los cálculos que ha realizado la consejería, cerca de 23.000 pisos se encuentran vacíos en la comunidad autónoma. Durante el último año y medio, la consejería ha logrado colocar en el mercado de alquiler unas 2.000 viviendas, que se ofertan a las personas inscritas en las listas de Etxebide (el registro oficial de solicitantes de pisos).
El sistema de arrendamiento es novedoso, ya que es la propia Administración la que firma el contrato y alquila la casa a su propietario a precio de mercado para ofertarla después a uno menor a los solicitantes. Hasta ahora, las administraciones se limitaban a actuar como mediadores entre las dos partes, pero en este caso es el propio Gobierno el que garantiza el pago del alquiler y la devolución del piso en perfectas condiciones cuando finaliza el contrato.
La diferencia entre ambos precios corre a cargo del departamento. La renta media que abonan los inquilinos asciende a 236 euros mensuales, mientras que la media de arrendamiento que paga la consejería al propietario ronda los 521 euros. Como máximo, puede llegar a pagar a un propietario por su piso 660 euros. La futura Agencia Pública del Alquiler que está diseñando el Ministerio de Vivienda se ha inspirado en el modelo vasco. Los objetivos son los mismos: aumentar la seguridad jurídica y la puesta en el mercado del mayor número posible de pisos vacíos.
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