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IDA y VUELTA
Columna
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Retirarse

Me acuerdo de algo que escribió Robert Walser en El retiro: "Tu ve allí, que allí todo es fácil, quiero decir que estando allí no necesitarás nada, y te sentirás bien contigo siempre". Ya me gustaría a mí poder retirarme a un sitio en el que todo fuera fácil. Y ya no digamos poder sentirme bien conmigo siempre. Si algún día me retiro, lo haré por el placer mismo de retirarme. Esta semana, por cierto, ha habido un considerable número de retiradas. Paul Newman, por ejemplo, la ha anunciado y difundido por todo el mundo. ¿No la había notificado ya hace dos años? Debió de decirlo en broma en aquella ocasión. Los hombres inteligentes suelen decir primero en broma lo que luego repetirán en serio. El caso es que Newman se retira del cine y de las carreras de automóviles, sus dos grandes pasiones. ¿Qué le queda? Joanne Woodward, su esposa desde hace 47 años. "Si yo abandono las carreras y el cine, pasaremos más tiempo divirtiéndonos", dice Newman. Su mujer, directora artística de un teatro de Connecticut, aún no ha anunciado que se retirará a final de este año, quizá no lo anuncie y se retire simplemente, quizá le da pereza tener que justificar por qué se retira. Y es que debe de haber observado que quienes se retiran se sienten absurdamente obligados a explicar por qué lo hacen.

Harold Pinter no ha sido una excepción en esto. El dramaturgo británico ha anunciado esta misma semana que se retira. "Me retiro para dedicarme a criticar a los políticos", ha dicho. Magnífica decisión, me parece en verdad una buena razón para retirarse. De momento a Tony Blair le ha llamado "criminal de guerra que exhibe esa encantadora sonrisa cristiana" y junto a Brian Eno y Corin Redgrave ha solicitado su impugnación como primer ministro.

Más retiradas. El árbitro internacional sueco Anders Frisk ha decidido dejar el arbitraje después de haber recibido amenazas de muerte tras su arbitraje en el Barcelona-Chelsea jugado en el Camp Nou, donde expulsó a un jugador del equipo londinense y fue muy criticado por el técnico Mourinho, el rancio entrenador portugués que ya puede ir preparándose para arbitrajes aún más perjudiciales para su equipo. Y también esta semana se retiró el futbolista Batistuta, que dio para su retirada una explicaciones tan obvias como innecesarias: ha envejecido.

En el otro bando, en el de los empecinados en no retirarse de nada, encontramos al Papa, que ha dejado el hospital por sorpresa y ha vuelto a casa con su cánula. Esta actitud del Papa me recuerda a un personaje de Buñuel de la película La ilusión viaja en tranvía, aquel empleado modélico de una compañía mexicana de transportes que, una vez jubilado y sin que nadie se lo hubiera pedido, seguía trabajando con gran celo para la empresa controlando si los tranvías llegaban a la hora y cosas por el estilo.

Ha habido últimamente semana muchas retiradas. Muchos políticos retirando frases (Maragall), demandas por injurias (Artur Mas) o mociones de censura (Piqué). Se han pasado el tiempo retirando cosas, pero nunca pensando en retirarse ellos. Tanta retirada de frases, mociones y demandas me ha hecho pensar en aquello que escribió el gran Jules Renard en su Diario: "Hay personas que retiran voluntariamente lo que han dicho, pero lo hacen como quien retira una espada del vientre de su adversario".

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