La literatura rusa entra en el Elíseo

J. M. M. F.,

Jacques Chirac y Vladímir Putin recibieron ayer en el Jardín de Invierno del palacio del Elíseo a 35 escritores rusos. El Salón del Libro, que se celebra en la Puerta de Versailles de la capital francesa, está dedicado este año a la literatura de ese país. De su peso en Francia da idea el que entre las novedades editoriales, medio centenar son de autores rusos que han sido traducidos este año.

Los más veteranos, hijos del exilio, estaban acompañados por promesas. Entre los primeros, Yuri Mamleev, Víktor Erofeev, Mijaíl Chichkine, Mark Kharitonov y Vladímir Makanine. También acudieron la novelista Ludmila Oulitskaya, la escritora de novelas policiacas Alexandra Marinina, la bielorrusa Svetlana Alexievitch, especialista en Afganistán y Chernóbil, y la joven poetisa Natalia Juravliova. ¿Se puede criticar a Putin?, le preguntaron a Juravliova, hija de exiliados. "No critico al presidente", respondió, "hay que tomar distancia, hay que ser prudente".

Francia ha sido tierra de acogida de escritores rusos, sobre todo en el pasado. Iván Turgeniev vivió en París y creó una biblioteca que sigue siendo uno de los centros de referencia del mundo eslavo.

Chirac no perdió la ocasión de explicar a Putin que, desde joven, ha sido un gran amante de la literatura rusa. Putin no se quedó corto y explicó a su anfitrión que en sus años mozos había realizado traducciones y que los rusos conocen a Julio Verne, Víctor Hugo u Honoré de Balzac.

"Durante una semana", les dijo Chirac a los literatos, "vais a permitir al público francés medir el renacimiento de una producción abundante y creativa, testigo de la extraordinaria vitalidad y de la renovación constante de la gran tradición literaria rusa". El presidente galo anunció que en la cumbre UE-Rusia del 10 de mayo en Moscú se llegará a un acuerdo sobre la creación de "un espacio común de la educación y la cultura", uno de los cuatro espacios de cooperación que negocian Bruselas y Moscú.