Tomás cree que el Constitucional "suspende" la autonomía universitaria y genera "inseguridad"

La sentencia del Tribunal Constitucional sobre la segregación forzosa de centros y facultades de Alicante para crear la Universidad Miguel Hernández "genera cierta inseguridad" en el sistema público universitario y "deja en suspenso" el concepto actual de autonomía universitaria, según opina el rector de la Universitat de València, Francisco Tomás. Los rectores valencianos, desde el máximo respeto a las decisiones judiciales, analizarán con detalle en una próxima reunión de la Conferencia de Rectores Valencianos el alcance y las consecuencias futuras de la sentencia.

El rector de la Universitat de València, Francisco Tomàs declaró ayer a EL PAÍS: "Acato esta sentencia, como es lógico, pero no puedo estar de acuerdo". Para el representante de la principal universidad valenciana la sentencia que desestima el recurso presentado hace siete años por 119 diputados socialistas contra la segregación forzosa de centros y facultades para crear una nueva universidad "puede complicar la vida universitaria", al dejar en manos de los poderes públicos, como la Generalitat o el Gobierno central, la adscripción arbitraria de centros de unas universidades a otras.

Tomás considera, a falta de estudiar con detalle los argumentos de esta sentencia, que se "genera una inseguridad" en el modelo universitario y que el concepto actual de autonomía universitaria queda "en suspenso". Uno de los argumentos que esgrimió el pleno del Tribunal Constitucional para desestimar el recurso fue que la Generalitat, que presidía entonces Eduardo Zaplana, no suprimió ninguna facultad, sino que optó por readscribir centros existentes a otra. "Esto deja la puerta abierta a que en el futuro puedan adoptarse decisiones políticas que modifiquen contenidos de una universidad sin la audiencia del Consejo Social, ni de la universidad afectada", advirtió Tomás. Los rectores de las cinco universidades públicas valencianas se reunirán, una vez tome posesión el nuevo rector de la Politécnica, para analizar, entre otras cuestiones, las consecuencias de la sentencia.

En Alicante, el ex rector Andrés Pedreño, que durante su mandato vivió la segregación de la Facultad de Medicina, de Estadística y del Instituto de Neurociencias, prefiere evitar pronunciarse en público y opta por guardar silencio, en unos momentos en que acaba de incorporarse a sus labores docentes en la Facultad de Económicas. El actual rector, Ignacio Jiménez Raneda, insistió ayer: "Nuestra universidad manifestó en su momento su total desacuerdo con el hecho de que la Ley de Creación de la Universidad Miguel Hernández se viera unida a la segregación de la Facultad de Medicina, la diplomatura de Estadística y el Instituto Universitario de Neurociencias, pertenecientes a la Universidad de Alicante". Esa postura de la Universidad de Alicante "no ha cambiado". Raneda considera que la supresión de estas titulaciones "afectaba a la autonomía de la universidad, al no contar con su audiencia como establecía el artículo 9.2 de la LRU [Ley de Reforma Universitaria]." El rector de Alicante informará el próximo martes del contenido de esta sentencia al Consejo de Gobierno y reiterará: "Alicante nunca se opuso a la creación de la Universidad Miguel Hernández, a la que deseamos, una vez más, su pleno desarrollo y con la que queremos mantener la más estrecha colaboración". "Entonces y ahora tenemos centrada nuestra atención en el futuro para llevar a cabo todos los proyectos y continuar siendo un referente de calidad entre todas las universidades", añade Raneda.