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Crítica:POESÍA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Bonanza machadiana

Cuando murió Manuel Machado en Madrid en 1947, su viuda, Eulalia Cáceres, decidida a retirarse a un convento, dividió el archivo de su marido, que contenía numerosos manuscritos del autor de Campos de Castilla, entre varios destinarios: el hermano menor de ambos poetas, Francisco Machado; la Diputación Provincial de Burgos y la Institución Fernán González, de la misma ciudad; y un amigo particular del matrimonio, el sacerdote burgalés Bonifacio Zamora Usábel. Parece casi seguro que al tomar tal iniciativa Eulalia Cáceres actuó de acuerdo con la voluntad de Manuel Machado. El que Burgos recibiera parte del archivo se explica por el hecho de que la pareja pasó allí los difíciles años de la guerra y tenía motivos para sentirse en deuda para con algunas personas e instancias de la ciudad castellana.

Los papeles pertenecientes a Francisco Machado se quedaron cuando falleció entre sus familiares y fueron adquiridos en subasta pública por Unicaja (Sevilla) en noviembre de 2003. En cuanto a los documentos legados al sacerdote Zamora Usábel, fueron donados por éste, en el año 1977, a la Institución Fernán González, que vio acrecentados así sus ya copiosos fondos machadianos.

Tanto Unicaja como la Diputación de Burgos y la Institución Fernán González acaban de iniciar la publicación en edición facsímil de todos los papeles de Antonio Machado que obran en su poder. Hace unos días han visto la luz casi simultáneamente, aunque por casualidad, el "Cuaderno 0" de los manuscritos sevillanos, titulado Machado. Poemas inéditos, y, en dos gruesos tomos, El fondo machadiano de Burgos. Los papeles de Antonio Machado. Se trata de unas dos mil hojas.

Hay que señalar enseguida que los facsímiles de Burgos han sido publicados sin asesoría de especialistas en Machado y sin la transcripción que hubiera sido de desear, lo cual, para el lector no especializado, dificulta enormemente el estudio de este material. Con ello la Institución Fernán González aparece como continuadora del lamentable precedente establecido en 1975 por el entonces Ministerio de Educación y Ciencia cuando publicó, sin transcripción, el expediente académico y profesional de Machado, que contiene numerosos documentos de lectura dificilísima, entre ellos algunos en francés. Unicaja, por lo contrario, ha comprendido que es fundamental transcribir su fondo machadiano, por rigor y por cortesía hacia los estudiosos, y ha encargado de esta tarea, así como la de la contextualización de los manuscritos, a tres especialistas acreditados: Agustín Rodríguez Almodóvar, Pablo del Barco y Rafael Alarcón. Se trata, de hecho, de la única manera digna y responsable de publicar los facsímiles de un poeta, siguiendo la pauta establecida por Faber y Faber en 1971 con el manuscrito de The Waste Land, de T. S. Eliot, y luego, memorablemente, por Rafael Martínez Nadal en su edición de El público, Así que pasen cinco años y otros manuscritos suyos de García Lorca (1975-1979). El método adoptado por Unicaja, a diferencia de Burgos, va a permitir una colaboración rápida y eficaz por parte de estudiosos de Machado alrededor del mundo que, al poder cotejar los facsímiles con la transcripción propuesta por el equipo de especialistas, estarán en condiciones de aportar sugerencias y correcciones.

La gran mayoría de los pape

les sevillanos y burgaleses fueron editados de alguna manera en vida del poeta (menos los cuadernos de apuntes para usos docentes o académicos). Y algunas de las hojas que ahora se publican en facsímil fueron dadas a conocer después de su muerte. En el hoy mítico número 11-12 (1949) de Cuadernos Hispanoamericanos, por ejemplo, donde, por otro lado, cedidos por Francisco Machado, salieron cinco folios de Los complementarios, cuaderno editado después por Taurus en facsímil (y ahora en la Biblioteca Nacional). También merece la pena mencionar el cuaderno burgalés, Apuntes. Antonio Machado. Años de 1933-34. Madrid, publicado en 1999 por Pablo del Barco y Antonio Fernández Ferrer en sus sendas ediciones de Juan de Mairena.

Los dos fondos que vamos comentando no incluyen, entre lo inédito, obra desconocida trascendental. Tal vez con una excepción notable, pues parece ser que, juntando una página suelta de Burgos (tomo 2, página 414) con otra de Sevilla (Cuaderno 0, página 169), estamos ante un nuevo y conmovedor poema a Pilar de Valderrama, que empieza: "Sorpresas tiene la vida, / Guiomar, del alma y del cuerpo; / que nadie guarde hasta el fin / el mote que le pusieron; / nadie crea ser quien dicen / que es, ni que pueda serlo". Si es así nos lo dirán pronto los expertos.

A falta de inéditos, lo que se nos ofrece ahora en abundancia son variantes y tachaduras que ayudarán a conocer mejor el proceso creador del poeta y el desarrollo de importantes composiciones suyas, tanto en prosa como en verso (así como algún dato biográfico nuevo). Es el caso, por ejemplo, de La tierra de Alvargonzález, El dios ibero. El mañana efímero o Poema de un día.

Añadiremos que en uno de los cuadernos de Burgos hay numerosas hojas arrancadas, dejando sólo un pequeño filete manuscrito (que sin embargo permite cierto grado de reconstrucción temática). La mutilación se debió, según el director de la Institución Fernán González, al propio Antonio Machado, pero parece imposible que el poeta fuera capaz de tal brutal destrozo, del todo ajeno al proceder observado en los demás manuscritos suyos conocidos. ¿Se trata de una actuación inquisitorial por parte de otra persona? ¿De una barbaridad del cura Bonifacio Zamora, que por lo visto utilizaba los papeles de Machado en sus clases para compararlos con las versiones impresas? ¿Y dónde está la segunda hoja de la famosa elegía de Machado a Federico García Lorca? Las preguntas no escasean en torno al fondo machadiano de Burgos y, previsiblemente, se van a multiplicar a partir de estos momentos. Pese a todo ello los que admiramos al poeta podemos sentirnos felices, ya que, con los facsímiles burgaleses y los de Sevilla, vamos a estar mucho más cerca, a partir de ahora, de uno de los mayores poetas de la lengua.

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