Cara a cara
Las posibilidades artísticas del rostro humano han sido exploradas desde tiempo inmemorial y en los albores del siglo XXI los artistas siguen utilizando el retrato como un medio efectivo para contar historias que van mucho más allá de la simple reproducción de una cara más o menos bella. Pese a su aparente simplicidad, la representación del rostro humano a través de los soportes más diversos sigue siendo una de las mejores formas de transmitir emociones y de que el artista muestre lo que tiene dentro al espectador.
La exposición que ahora puede verse en Vigo y que, posteriormente, viajará a Santiago de Compostela muestra obras de 35 artistas de estilos y procedencias muy variadas, pero que coinciden en su interés por la fuerza expresiva que conserva el rostro y por su capacidad para responder a preguntas sobre la propia condición humana. Pero los caminos elegidos son muy diversos. Los hay que recurren al poder que conserva la fotografía en blanco y negro para desnudar el alma del retratado, como ocurre en las obras de Cristina García Rodero, Alberto García Alix, Humberto Rivas o Jean-Baptiste Huynh.
ROSTROS. El retrato en el umbral del siglo XXI
Centro Cultural Caixanova
Policarpo Sanz, 13. Vigo
Hasta el 27 de marzo
Sin embargo, hay otros artistas que toman una ruta totalmente opuesta y utilizan muñecos para suplantar al rostro humano e incluso logran engañarnos por un momento, como ocurre con las figuras hiperrealistas de silicona realizadas por Evan Penny. En ocasiones el artista se permite asumir el papel de creador absoluto y se inventa los materiales para sus obras, como es el caso del brasileño Vik Muniz y sus conocidas reproducciones de retratos realizadas con chocolate, caramelo o juguetes.
La evolución del retrato en las últimas décadas conlleva la influencia de ámbitos en principio ajenos al arte como la moda o la publicidad. Artistas como Dora García, Merlín Carpenter o Rogelio López Cuenca presentan obras que son muy críticas con esta influencia. En cambio, Ana Laura Aláez, Susy Gómez o Begoña Montalbán destacan por presentarnos un mundo mucho más optimista, donde se exaltan los valores de la feminidad que estas artistas acostumbran a reivindicar.
En su larga historia, el retrato ha sido en muchas ocasiones un medio de denuncia política y social. Esta tradición tiene continuidad en obras como la del artista chino Zhang Huan del que se exhibe una serie de fotografías (Family Tree) en las que se puede apreciar cómo su cara se va llenando de palabras escritas con tinta hasta quedar totalmente ennegrecida. Esta negación del propio rostro sirve para denunciar la anulación de la individualidad fomentada desde el régimen chino. El paso de los siglos no ha conseguido agotar el catálogo de posibilidades artísticas que presentan los rasgos humanos.
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