El Congreso boliviano se enfrenta a Mesa y le niega el avance electoral
El presidente se reúne tras la votación con la cúpula militar en un ambiente de gran tensión
El Congreso boliviano se enfrentó ayer abiertamente al presidente del país, Carlos Mesa, y le negó la posibilidad de adelantar las elecciones, previstas para 2007. Mesa había presentado su propuesta como un pulso a la Cámara al asegurar que dimitiría si su demanda era rechazada. Tras la votación, el país vivió momentos de gran tensión al reunirse el presidente con los altos mandos del Ejército. Un diputado progubernamental despejó los temores al afirmar, tras entrevistarse con Mesa, que éste aceptaba mantenerse como presidente hasta 2007.
La sesión del Congreso comenzó poco antes del mediodía local y se prolongó durante más de cinco horas debido a que cada uno de los 157 parlamentarios (27 senadores y 130 diputados) tenía previsto intervenir. Los diputados rechazaron por mayoría la propuesta de Mesa, que aspiraba a adelantar las elecciones generales -previstas para 2007- para presidente, vicepresidente y legisladores como una única salida viable a la crisis política y social.
Tras la votación, muchos diputados salieron a toda velocidad de la Cámara y se vivieron momentos de gran confusión. El presidente llamó al Palacio de Gobierno a la cúpula militar y policial y posteriormente mantuvo otra reunión con la alta jerarquía católica. Los analistas no descartaban ninguna hipótesis: la aceptación del resultado, su inmediata dimisión o incluso la posibilidad de autogolpe y el cierre del Congreso.
A última hora de la tarde de ayer (una de la madrugada de hoy en la España peninsular), un diputado progubernamental que se entrevistó con Mesa disipó los temores y aseguró: "Estoy muy satisfecho porque considero que el presidente ha decidido seguir en su cargo hasta 2007". Según su versión, Mesa habría pedido a los obispos que le ayuden a organizar una conferencia de reconciliación nacional. Al cierre de esta edición, no obstante, no había todavía ningún comunicado oficial.
Durante la mañana de ayer, los jefes de los grupos parlamentarios ya habían adelantado un borrador de declaración que dejaba claro que no iban a aceptar la exigencia del presidente de adelanto electoral. En sus intervenciones, los diputados coincidieron en señalar que la propuesta presidencial es anticonstitucional y que, teniendo un mandato que cumplir, Mesa debe gobernar hasta agosto de 2007, cuando concluye su periodo.
Fin de los bloqueos
La calma provocada por el fin del bloqueo de las rutas había durado, por tanto, poco. La aprobación del proyecto de Ley de Hidrocarburos en la Cámara de Diputados llevó al líder cocalero y dirigente de la oposición, Evo Morales, a ordenar el inmediato levantamiento de los bloqueos y el despeje de la carretera principal, en la que miles de vehículos permanecieron atrapados 15 días en medio de la hostilidad de los indígenas.
Pero la suspensión es temporal -durará aproximadamente un par de semanas- mientras se debate el contenido de la ley en el Senado. Si la Cámara alta modificara el texto surgido de la Cámara de Diputados, regresarán de inmediato las protestas.
La policía boliviana denunció ayer la existencia de una conspiración contra la democracia boliviana al informar sobre la existencia de unas órdenes del secretario ejecutivo de los sindicatos campesinos, Felipe Quispe, para que jóvenes de entre 17 y 30 años encapuchados siembren el caos en cuanto se reanude el cierre de las carreteras y manifestaciones callejeras. Quispe, el polémico dirigente aymara, rival de Evo Morales, admitió la existencia de ese documento y ratificó su contenido: "El día en que salgamos, vamos a quemar vehículos; a quemar las alcaldías y las prefecturas, porque tenemos que arrasar el sistema imperante".
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