Rusia pagó 7,5 millones de euros a los delatores de Aslán Masjádov
Las fuerzas de seguridad divulgan la cifra con la esperanza de lograr pistas sobre Basáyev
El Servicio Federal de Seguridad (SFS) de Rusia ha pagado una recompensa de 10 millones de dólares -algo más de 7,5 millones de euros- a las personas que contribuyeron a encontrar al presidente checheno independentista, Aslán Masjádov, muerto en una operación especial hace una semana. El anuncio difundido ayer contribuirá, en opinión de políticos progubernamentales, a dar con la pista de Shamil Basáyev, el comandante guerrillero que ha asumido la autoría de los más sangrientos atentados terroristas cometidos en Rusia y a cuya cabeza el Kremlin también ha puesto precio.
En un comunicado, el Servicio Federal de Seguridad informó ayer de que gracias a la colaboración de "ciudadanos que se pusieron en contacto con los órganos de seguridad" se logró determinar "el lugar exacto" donde se encontraba Masjádov. El SFS asegura que "a esos ciudadanos se les pagó en su totalidad la recompensa" prometida. Y añade: "En caso de necesidad se les ayudará a mudarse a otra región de Rusia o a un país musulmán".
"El SFS reafirma su disposición a garantizar en el futuro la seguridad y el pago de la recompensa correspondiente a los ciudadanos que den información fidedigna sobre el lugar donde se encuentran los cabecillas de los terroristas", se dice en el comunicado. Esto último es una clara invitación a los chechenos para que entreguen a Basáyev, por el cual también han prometido recompensa.
Masjádov fue liquidado el martes de la semana pasada en Tolstói-Yurt, el pueblo que lleva el nombre del gran novelista ruso del siglo XIX y que queda a 15 kilómetros de Grozni, la capital chechena. Allí, según la versión oficial, se escondía en un búnker construido bajo la casa de Musá Yusúpov. Un agente que participó en la operación especial dijo en una entrevista televisiva que no hicieron ningún intento de negociar con el líder independentista. El agente, que estaba sentado de espaldas a las cámaras, explicó que sabían que Masjádov no se entregaría y que llevaba un cinturón de suicida, por lo que decidieron simplemente lanzar granadas al búnker.
Mientras tanto, la casa de Yusúpov fue demolida anteayer por los rusos, con el argumento de que allí había trampas con granadas puestas por los separatistas. Muchos analistas creen que la casa se destruyó para que nadie pueda probar que Masjádov fue asesinado en otra parte y su cadáver llevado allí más tarde.
El popular diario Moskovski Komsomólets escribía ayer que después de que sus enviados visitaran la casa de Yusúpov e interrogaran a los vecinos, llegaron a la conclusión de que Masjádov nunca estuvo en el búnker. Y descartaron que pudiera haber vivido allí desde octubre del año pasado, como asegura el SFS.
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