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La demolición de un edificio de Pirámides da paso a la construcción de la 'alfombra verde' de la M-30

Las 37 familias que ocupaban este inmueble han sido realojadas por el Ayuntamiento

Esta vez no se siguió el método habitual, que es poner una piedra para comenzar un proyecto. Ayer, el Ayuntamiento quitó la primera piedra para la recuperación de 500.000 metros cuadrados en el entorno del río Manzanares, dentro de la remodelación de la M-30.

En presencia del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y de la concejal de Urbanismo, Pilar Martínez, una máquina demoledora de gran tonelaje comenzó el derrumbe del edificio situado en el número 4 de la glorieta de Pirámides. Se prevé que para este mediodía se haya derruido ya la mayor parte del edificio, el último obstáculo para empezar el plan de remodelación. Entonces, se restablecerá el tráfico en la zona.

El inmueble, un edificio de tres plantas más ático de ladrillo rojizo, estaba fuera de ordenación desde 1997 en un espacio reservado para zonas verdes. Las 37 familias que ocupaban el bloque han sido realojadas en pisos de la Empresa Municipal de la Vivienda en el barrio de La Perla (Usera). Los vecinos no se lo han puesto fácil al Ayuntamiento, que ha tardado dos años en negociar la expropiación. El presupuesto asciende a 4,67 millones.

"Me parece bien que lo tiren, molestaba un poco a la vista", aseguró un vecino
"Esta ciudad dejará de castigar a los peatones", aseguró el alcalde

El alcalde explicó los motivos de la demolición del edificio ante un centenar de vecinos que se acercaron a la zona para ver las obras. El bloque, según Gallardón, "es un elemento negativo por varias razones: está en un suelo para zonas verdes, constituye un elemento aislado entre el paseo de las Yeserías y la M-30, y su estructura sufre un grave deterioro".

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Gallardón, que calificó el acto de ayer de "simbólico", también quiso tranquilizar a los vecinos y afirmó que "no se construirá ningún edificio en el lugar". Una vez que se tire por completo el inmueble, que data de principios del siglo XX, esta zona se integrará en el futuro Parque Lineal Manzanares, conocido como la alfombra verde, una zona de 50 hectáreas sin coches en las inmediaciones del Manzanares.Para que este parque sea una realidad, el Ayuntamiento tiene que enterrar primero seis kilómetros de la M-30 a su paso por la ribera del río. El proyecto -que tiene un presupuesto de 1.335 millones de euros- va para largo. La Concejalía de Urbanismo, responsable de todo el proyecto, todavía no ha fijado la fecha en la que empezarán las obras que enterrarán seis kilómetros de la carretera que circunvala Madrid, aunque la concejal ha avanzado que para la primavera de 2007 se espera que esté finalizado el soterramiento.

Será entonces cuando se lleve a cabo la construcción de esta alfombra verde junto al Manzanares, que comprenderá la zona entre Legazpi y el puente del Rey. Para diseñar este espacio, el Ayuntamiento convocó hace dos semanas un concurso de ideas en el que participarán arquitectos nacionales e internacionales al que han sido invitados ocho diseñadores de prestigio mundial, entre los que están Norman Foster, el autor del metro de Bilbao, y Dominique Perraul, que diseñó la Caja Mágica y la Biblioteca Nacional de Francia. El concurso está dotado con 450.000 euros a la mejor idea sobre el conjunto e incluye no sólo el futuro Parque Lineal Manzanares, sino toda la zona de la M-30 desde el nudo sur hasta el puente de los Franceses.

Algunos de los cerca de cien vecinos que se acercaron hasta la zona a ver la demolición se mostraron escépticos respecto a los planes de Gallardón. Aprueban la idea, pero siempre que se cumpla. Francisco Martínez lleva 13 años viviendo en el barrio y afirma que ya a principios de los noventa, en una operación urbanística de gran importancia en la capital llamada Pasillo Verde, también estaba prevista la demolición de este inmueble concreto. El derrumbamiento, al menos, ya es una realidad.

Antonio Debora Díaz es un vecino del barrio de toda la vida. Es jubilado y pasa por delante a diario. "Me parece bien que tiren el edificio, molestaba un poco a la vista", explica. A su lado, una mujer comentaba que estará bien el plan si finalmente se cumple íntegramente.

Con la expropiación del edificio el Ayuntamiento ha ganado 1.464 metros cuadrados de superficie, 480 de viviendas, y el resto, de un terreno anexo ocupado por naves.

Con este proyecto, afirmó Gallardón, la ciudad "recupera un espacio al que nunca debimos dar la espalda". El alcalde se refería al río Manzanares en concreto, al que la construcción de la M-30 ("una infraestructura necesaria") en 1974 "ahogó entre dos muros". Un informe elaborado hace un año por el propio Consistorio calificaba la situación del río de "catástrofe medioambiental". Ahora, desde el Ayuntamiento se quiere "recuperar el espacio", hacerlo accesible a los vecinos y mejorar la comunicación entre los barrios. El regidor pidió a todos los que viven en la zona que se involucren y aporten ideas como los grandes favorecidos del proyecto. Para que esta colaboración sea posible, el Ayuntamiento ha instalado oficinas de atención al ciudadano en todas las obras. Un dibujo del futuro parque que el Ayuntamiento instaló en la zona muestra un río Manzanares con las orillas verdes y la gente tomando el sol, en una estampa que recuerda a ciertas pinturas francesas del siglo XX.

"Esta ciudad dejará de castigar a los peatones en beneficio de los automóviles. A partir de ahora, los que se van a tener que enterrar serán los coches", afirmó Gallardón, aunque también quiso destacar el alcalde la "necesidad de mejorar la movilidad de la ciudad".

Antes de la demolición, el alcalde rodeó el edificio y comentó lo aislado que había quedado el bloque. "Estéticamente, constituía un factor de distorsión para el proyecto de recuperación del río", añadió.

Para completar la demolición habrá 15 obreros provistos de una máquina de gran tonelaje, dos retroexcavadoras y una grúa de 40 metros que sujetará una lona que evitará que los cascotes caigan descontrolados. Cuando la parte más alta del edificio sea derrumbada, la máquina pesada dará paso a otras más pequeñas que agilizarán el trabajo. Para minimizar el impacto del trabajo sobre los vecinos de la zona, una bomba de agua trabaja sin descanso para que el lugar no se convierta en una polvareda.

Con el corte al tráfico ayer del tramo final del paseo de las Yeserías (desde la calle de Melilla hasta la glorieta de las Pirámides) provocado por la demolición, se produjo un pequeño atasco en la zona que una decena de agentes de movilidad y algún policía municipal se afanaban en descongestionar.

Uno de los técnicos responsables de la obra aseguró que la glorieta estará abierta de nuevo a la circulación antes de que empiece el partido entre el Atlético de Madrid y el Valencia en el estadio Vicente Calderón a las nueve de la noche de hoy.

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