Indignación por el despliegue y por la detención de tres notarios
Tanto abogados, vecinos, familiares y periodistas se quedaron ayer sorprendidos ante el despliegue policial realizado el jueves durante la operación que se saldó con 40 detenidos por presunto blanqueo de capitales. También las formas utilizadas han sido criticadas, sobre todo por los abogados defensores y los familiares, que denunciaron la falta de información o de facilidades para llevar ropa y otros enseres a los detenidos.
Más de medio centenar de agentes de diversos grupos, como la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco), la Unidad de Intervención Policial (UIP) y el Grupo de Operaciones Especiales (GOES) participaron en el registro de la sede marbellí de Del Valle Abogados. Un despliegue que algunos vecinos calificaron como "antiterrorista", para un despacho en el que, excepto el director, todos los empleados eran mujeres.
La detención de tres notarios en la operación también ha sido muy criticada. El decano del Colegio de Notarios de Madrid, José Aristónico García, manifestó su indignación por la detención. Ramón Pelayo, abogado defensor de una de los tres notarios detenidos, recurrió el auto judicial por "desproporcionado, irrazonable e inmotivado". Un día después de su detención, no había podido hablar con su clienta, ya que estaba incomunicada, ni había logrado ser recibido por el juez instructor.
Fuga impensable
Según el letrado, el juez simplemente tenía que haber citado a su clienta a declarar como imputada. "Es impensable que se fuera a fugar, una persona con más de 20 años de ejercicio en Marbella y con arraigo", opinó. También explicó que otro de los fedatarios públicos se encontraba el jueves en el hospital acompañando a su esposa, a la que iban a operar, cuando fue requerido por la policía para presentarse en la comisaría, donde fue detenido.
Los familiares de las trabajadoras del bufete permanecieron todo el día de ayer en la puerta de la Comisaría Provincial de Málaga, a la espera de alguna noticia sobre sus allegadas, que habían pasado la noche en los calabozos. Según relató uno de ellos, les llevaron ropa y otros enseres, y aunque un policía les dijo que se los haría llegar, aseguraron que no lo habían hecho.
Muchos de ellos habían pasado también el día anterior ante la puerta del bufete en Marbella, pero hasta la tarde no les empezaron a comunicar, mediante llamadas telefónicas, que algunas de las trabajadoras habían sido trasladadas a Málaga, ni cuáles permanecían en el interior del despacho durante el registro. Algunos no recibieron siquiera esta comunicación. Tampoco pudieron hablar con ellas.
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