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Rubio Llorente rectifica y considera inadecuado llamar "comunidad nacional" a las autonomías

Los populares reclaman la comparecencia inmediata del presidente del Consejo de Estado

Luis R. Aizpeolea

El presidente del Consejo de Estado, Francisco Rubio Llorente, rectificó ayer su declaración de la víspera sobre la posibilidad de sustituir el término "nacionalidad" por el de "comunidad nacional" al referirse a las comunidades autónomas en la Constitución, por considerarla "inadecuada". Esta rectificación no es suficiente para el PP. El portavoz parlamentario del primer partido de la oposición, Eduardo Zaplana, se apresuró a pedir la comparecencia inmediata de Rubio Llorente en el Congreso de los Diputados para que se explique allí sobre sus primeras afirmaciones y su posterior aclaración.

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Rubio Llorente atribuyó a un "malentendido" la interpretación de sus palabras la víspera en el Foro Europa, donde expresó la conveniencia de que la reforma de la Constitución, que se materializará esta legislatura, sustituya el término "nacionalidad" por el de "comunidad nacional" con un contenido "cultural y no territorial". En ese contexto, había señalado Rubio, "la comunidad nacional de Euskadi se extendería, como bien explica el célebre plan Ibarretxe, en muchos territorios distintos de dos Estados diferentes".

Rubio Llorente afirmó ayer en una nota: "Lamento mucho el malentendido que ha podido provocar la expresión de mis opiniones en respuesta a una de las preguntas que me fueron formuladas sobre la idea de comunidad nacional". Y añadió que sus palabras "sólo pretendían esbozar una reflexión teórica sobre un concepto complejo que tiene muchas acepciones" y, por ello, no asumía "las interpretaciones que se han hecho cuestionando o sembrando dudas sobre nuestro modelo de vertebración del Estado".

También aclaró que la consulta que el Gobierno remitió la pasada semana al Consejo de Estado sobre la recepción en la Constitución de las comunidades autónomas "no propone en ningún momento que se entre a considerar la conveniencia de introducir nuevas nociones o categorías para designarlas". E incluso afirmó que siempre había creído que "la incorporación de la idea de comunidad nacional para denominar en la Constitución a las comunidades autónomas resultaría inadecuada".

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Rubio Llorente no fue consciente el miércoles del revuelo que iban a organizar sus palabras, más propias de un ámbito especulativo y académico que del político. Y más aún cuando la semana anterior, el Gobierno había dado el pistoletazo de salida para la reforma constitucional, con el envío de un informe al Consejo de Estado, del que es presidente desde mayo, para que antes de un año se pronuncie sobre los aspectos más importantes de la reforma en ciernes.

Antes de esta rectificación, el PP continuó con su campaña en demanda de la dimisión del presidente del Consejo de Estado. A la posición adelantada por Mariano Rajoy la víspera, se unió el vicepresidente segundo del Senado, Juan José Lucas, también del PP, que pidió la recusación de Rubio Llorente por sus "declaraciones irresponsables, su falta de prudencia y de sentido histórico". También pidió su cese al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la vicepresidenta de la FEMP y alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, del PP, tras calificar de "imprudencia" y "dislate" las declaraciones del presidente del Consejo de Estado.

El presidente de la Generalitat valenciana, el popular Francisco Camps, además de exigir una rectificación a Rubio, emplazó a Zapatero a pronunciarse sobre la opinión que coloca a los valencianos en la misma comunidad que Cataluña y Baleares, como se deducía de las palabras de la víspera del presidente del Consejo de Estado. "Nadie puede decir lo que dijo en su sano juicio", señaló Camps.

Más tarde, sin embargo, el portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, reclamó como primera medida la comparecencia inmediata de Rubio Llorente en el Congreso para que explique su posición, que "pretende liquidar el régimen constitucional". El portavoz socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, se opuso enseguida a esta exigencia por no estar contemplada en el Reglamento de la Cámara.

Los socialistas no entraron al trapo de las críticas del PP a Rubio Llorente, pero sí se desmarcaron de las declaraciones de la víspera del presidente del Consejo de Estado. El ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, sentó la doctrina oficial al asegurar que el Gobierno no tiene previsto, en la reforma constitucional pendiente para esta legislatura, alterar el artículo dos de la Constitución, que afirma que España está formada por "nacionalidades y regiones". El secretario de Política autonómica del PSOE, Alfonso Perales, añadió que las declaraciones de Rubio Llorente no representan la posición socialista.

El ministro de Defensa, José Bono, fue el más duro con Rubio Llorente desde las filas socialistas. "Los que se inventan España cada día acaban siendo anticuados, rancios, insolidarios y ridículos cuando intentan ser modernos y novedosos", dijo en Valladolid, informa Francisco Cantalapiedra.

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