'Thriller' parapsicológico
Sospechoso cero es un thriller considerablemente rebuscado, una peripecia de policía obsesivo al cual el FBI concede una segunda oportunidad, pero a quien parece que su propia historia anterior esté dispuesta siempre a salirse al paso. Un hombre que tiene extraños brotes paranormales, en los cuales ve "cosas" que coinciden punto por punto con las que ve otro personaje... que no es quien el espectador sospecha prácticamente desde el primer momento.
Con estos ingredientes, una estética fosca tomada en préstamo de su película más conocida (La sombra del vampiro) y un guión firmado por uno de los profesionales del filme de género más requeridos en los últimos tiempos, Zak Penn (le conoce el lector por El último héroe, por X Men 2 y también, ay, por la nefasta Electra), E. Elías Merhige construye un producto laborioso, que no ahorra críticas (es casi un lugar común en este tipo de películas) contra los organismos más o menos secretos de los que tan poblado está el submundo del delito en Estados Unidos, y que en general se comporta como una peripecia que se sigue con interés.
SOSPECHOSO CERO
Dirección: E. Elías Merhige. Intérpretes: Aarón Eckhart, Ben Kingsley, Carrie-Anne Moss, Harry Lennix, Kevin Chamberlain. Género: criminal. Estados Unidos, 2004. Duración: 99 minutos.
Su credibilidad narrativa tiene empero un inconveniente, y no menor: en su búsqueda del más difícil todavía, esa regla nefasta de la espectacularidad cinematográfica, Merhige y su guionista no se paran en minucias, y el asesino en serie que, a la postre, persigue el personaje que interpreta Eckhart se termina convirtiendo en una sombra, sin ninguna apoyatura, sin explicación, sin presencia; algo así como el Mal en su sentido más abstracto. Y es bien sabido que si no hay posibilidad de identificación en un producto de estas características, aunque sea una identificación tan problemática como la de sentirse atraído por las andanzas de un psicokiller, la efectividad del producto baja varios enteros.
No obstante, el filme responde a las reglas del género, crea su tensión, presenta sus credenciales macabras (incluso un poco de más: una de las características de los asesinatos es que el psicópata extrae... los párpados de sus víctimas) e incluso se permite una deriva curiosa, sobre la que más vale guardar silencio. No es una maravilla, pero el amante del género que se acerque a ella seguramente no saldrá del todo decepcionado.
Babelia
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