Se impone el papel
Los plazos a los que se mueve la inversión se ponen en evidencia en un mercado con una ausencia total de noticias. Por segundo día consecutivo los inversores no han sabido a qué carta jugar al carecer de esos datos inmediatos con los que habitualmente se engrasa el engranaje bursátil.
El precio del petróleo se convirtió casi en el único elemento de juicio, pero hacen falta movimientos más bruscos que los registrados ayer para que la renta variable se vea alterada. Para algunos observadores es, precisamente, la altura que han vuelto a alcanzar los precios del crudo una de las razones del actual estancamiento de las bolsas, pues se encuentra cerca de los máximos y sin definir un comportamiento inmediato. Incluso hay quien se arriesgaba a afirmar que el tocar los soportes o las resistencias depende de hacia dónde se dirija el precio del petróleo en los próximos días, independientemente de cualquier otra novedad.
Sujetar las cotizaciones sin un apoyo firme es un ejercicio que en las bolsas se considera un tanto arriesgado, de ahí que ayer las posiciones vendedoras se impusieran "a los puntos" al final de la sesión.
El Ibex 35 cedió el 0,69% y cae por debajo de los 9.500 puntos, mientras que el índice general de la Bolsa de Madrid bajó el 0,61%, como muestra de la mayor incidencia del papel sobre los principales valores del mercado.
La contratación, sin embargo, mejoró bastante a nivel institucional y en el Mercado Continuo se negociaron 2.979,59 millones de euros, de los que 1.059 millones los aportaron las operaciones pactadas y sólo 1.920 se generaron en el mercado "abierto", 63 millones más que el día anterior.
El conjunto de los mercados europeos se vio afectado por una situación parecida y la mayoría cerró con pérdidas moderadas. París bajó el 0,55%, Francfort el 0,71% y Londres el 0,32%, mientras que la Bolsa de Nueva York se mantenía en una zona neutra tras la publicación de los datos de crédito al consumo del mes de enero, que muestra la incidencia creciente del endeudamiento en una situación de bajos tipos de interés.
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