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El enfermero acusado de agresión sexual dice sufrir una confabulación

El procesado se enfrenta a una petición de 30 años de prisión

El enfermero del hospital Clínico acusado de agresión sexual y abusos a dos pacientes negó ayer los hechos durante la vista oral que se celebra en la Sección Segunda de la Audiencia de Málaga, y dijo que podría tratarse de una "confabulación" en su contra. El procesado, J. C. G. R., que destacó sus 23 años de experiencia profesional, se enfrenta a una petición de prisión de la fiscalía de 30 años y medio.

El acusado declaró durante la primera sesión del juicio, que se celebra a puerta cerrada, que las dos víctimas se inventaron los hechos, pese a reconocer que no se conocían con anterioridad, ya que ambas, una española y otra danesa, estuvieron ingresadas en el hospital en años distintos. Según Francisco Damián Vázquez, abogado de la Asociación de Defensa al Paciente (Adepa), el procesado se mostró "tranquilo, y a veces arrogante" en la forma de contestar y en su actitud.

El letrado también explicó que la primera de las supuestas víctimas en declarar, de nacionalidad española, ratificó la denuncia y volvió a identificar al acusado, al que ya había señalado en una rueda de reconocimiento. Esta mujer indicó además al tribunal que, en caso de que el enfermero fuera condenado, quería entregar su indemnización a una asociación de mujeres maltratadas, lo que demostraría, según Vázquez, su "falta de interés personal".

Por su parte, el abogado defensor, Pedro Apalategui, que pide la libre absolución para su cliente, señaló que los informes periciales mantienen que las pacientes pudieron sufrir "alucinaciones propias de un síndrome de abstinencia".

La Fiscalía solicita dos años y seis meses de prisión por un delito de abuso sexual a la paciente española, para la que se pide una indemnización de 6.000 euros, así como 28 años de cárcel por dos delitos continuados de agresión sexual, y 50.000 euros para la enferma de nacionalidad danesa. El escrito de acusación destaca que el procesado normalmente prestaba su servicio en el turno de noche en la tercera planta del hospital, y que las dos víctimas fueron ingresadas en el mismo y presentaron denuncias por separado.

La primera denuncia fue presentada por la mujer de nacionalidad danesa. Según la fiscalía, en la noche del 27 al 28 de agosto de 2001, el enfermero le suministró sustancias sedantes, tras lo cual, "apagó la luz y la agredió sexualmente". Los medicamentos no consiguieron dejarla totalmente inconsciente, aunque sí le imposibilitaron ofrecer resistencia. Esta agresión fue repetida en la noche del 29 al 30 de agosto.

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La segunda denuncia fue presentada en noviembre de 2002 por la mujer española, aunque los hechos ocurrieron en septiembre de 2000. Según ella, el enfermero entró en la habitación para realizarle unas curas por una fístula anal, y llegó a pedir a su marido que saliera de la habitación.

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