La nieve da un alivio a los cultivos de secano

Las intensas nevadas caídas sobre buena parte de Andalucía en las últimas semanas han supuesto un alivio importante para la agricultura, en especial para los cultivos de secano. Tras el otoño más seco de la última década, las precipitaciones registradas, de una media de 30 litros por metro cuadrado, van a corregir el déficit hídrico de la comunidad -cifrado en un 70%- en un 10%, además de garantizar el recargamiento de los acuíferos y garantizar el rebrote de los pastos para el ganado. Con todo, las organizaciones agrarias advierten de las pérdidas millonarias en muchos cultivos por factores climáticos anteriores a las nevadas, sobre todo la sequía y las heladas.

Agricultores y Administración se agarran al refrán que dice año de nieves, año de bienes para inyectarse el optimismo necesario para cambiar un escenario climático que se había convertido en dramático en los últimos meses.

Los ganaderos han alimentado estos meses a los animales con pienso artificial

Aunque la media de precipitaciones ha sido de 30 litros por metro cuadrado, en muchas comarcas andaluzas la pluviometría registrada ha sido mucho mayor. Especialmente significativa ha sido el agua caída en la zona de Tarifa y Algeciras, con precipitaciones por encima de los 100 litros por metro cuadrado la última semana, o los más de 70 en la comarca cordobesa de Cabra. En la cuenca del Guadalquivir, las precipitaciones van a tener una escasa repercusión en los pantanos, que estaban el viernes al 62% de media, el mismo porcentaje que hace tres años. No obstante, José Martín, ingeniero de la Confederación Hidrográfica, destaca que el agua de nieve "va a favorecer las infiltraciones en el campo y recargará los acuíferos y fuentes que se habían secado". Otro aspecto positivo será que el agua recibida permitirá suspender, al menos durante un mes, los riegos extraordinarios para los cultivos más afectados.

Para corregir el déficit hídrico en Andalucía aún se necesitaría que cayeran entre 250 y 300 litros. Aún así, Francisco Montero, del centro territorial de Málaga del Instituto Nacional de Meteorología, subraya que la nieve caída en los últimos días "ha corregido ese déficit en un 10%". "Es un año que empezó mal en lo pluviométrico y se está corrigiendo", apostilla Juan Carlos Rubio, geólogo del Instituto Geológico y Minero de Granada. A su juicio, "el deshielo va a permitir que los acuíferos se recarguen de una manera más pausada y evitará que con las escorrentías el agua se perdiera en los ríos". Y esto es un dato a tener en cuenta, pues sólo en la provincia de Jaén hay 340 captaciones subterráneas que abastecen a 200 núcleos de población y a más de 200.000 habitantes.

Así las cosas, se abre un nuevo horizonte para la agricultura andaluza. Juan Cano, ingeniero agrónomo del Centro de Capacitación Agraria de Cabra (Córdoba), tiene claro que la nieve y la lluvia caída va a suponer "un alivio".

Sin embargo, reconoce que el punto de partida no era demasiado bueno por las consecuencias de la sequía y las heladas. La organización agraria Asaja ha estimado las pérdidas en el campo andaluz por estas adversidades climáticas en torno a los 1.000 millones de euros, por lo que considera insuficientes las ayudas aprobadas la última semana por el Ministerio de Agricultura y la Junta de Andalucía, y que suponen un primer paquete de ayudas de 100 millones de euros.

Agustín Rodríguez, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en Andalucía, admite que "el nuevo escenario, sin caer en triunfalismos, abre una puerta a la esperanza". Rodríguez confía en que puedan salvarse parte de la producción de cereales en zonas de las campiñas de las provincias de Jaén y Córdoba, además de haberse garantizado la siembra de cultivos como el girasol y las leguminosas que no pudieron plantarse porque la tierra estaba demasiado seca. La remolacha, salvo las 16.000 hectáreas de secano que se dan por perdidas, las otras 25.000 de regadío podrán salvarse.

La nieve va a suponer también un respiro para la ganadería. Los ganaderos han tenido que alimentar estos meses a los animales con pienso artificial debido a la escasez de pastos debido a la falta de lluvias o las heladas. La humedad del campo permitirá ahora que rebroten de nuevo los pastos.

Muchas menos esperanzas hay en el olivar, cultivo que ya estaba muy tocado por las heladas de enero y febrero y ahora la nieve no ha hecho más que "darle la puntilla" a muchas explotaciones, sobre todo las nuevas plantaciones -que representan la cuarta parte de la superficie oleícola de Jaén- y otros muchos árboles viejos, que no han podido resistir temperaturas que en muchas comarcas han superado los 20 grados bajo cero.

Juan Cano, del Centro de Capacitación Agraria de Cabra, asegura que para apreciar con exactitud el alcance de los daños habrá que esperar a que el olivo salga de su letargo invernal y la savia se active. No obstante, en muchas comarcas de sierra las heladas han quemado muchas ramas y ha frenado su desarrollo vegetativo. Eso supondrá que habrá que llevar a cabo podas severas y en muchos casos no quedará otra alternativa que volver a sembrar.

La Delegación de Agricultura en Jaén ya ha reconocido que habrá que arrancar y reponer más de 3.000 hectáreas de olivar. Y lo que es peor, deberán pasar al menos seis años hasta que el olivo alcance un grado de desarrollo suficiente como para proporcionar fruto en unas cantidades razonables. Este escenario ha llevado a una plataforma de agricultores de Sierra Mágina, en Jaén, a pedir al Gobierno la declaración de zona catastrófica.