El PRI aplaza el debate sobre su candidato a la presidencia de México
El partido logra salvar la imagen de unidad en su Asamblea Nacional
La Asamblea Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) mexicano, clausurada ayer en Puebla, ha dejado para julio la designación del candidato a las elecciones presidenciales de 2006 y ha preservado mal que bien una imagen de relativa unidad, salpicada por los enfrentamientos entre los distintos sectores del partido. El presidente del PRI, Roberto Madrazo, cumplió su compromiso de evitar el tema de su precandidatura para las próximas elecciones, aunque cada día que pasa consolida sus expectativas en el partido.
El primer incidente se produjo cuando delegados de varios Estados ligados a la plataforma denominada Todos Unidos contra Madrazo (Tucom), enfrentada con el presidente del partido, abandonaron la asamblea entre gritos de "¡Fraude, fraude!". Protestaban contra los procedimientos de votación en distintas cuestiones. El sector leal a Madrazo interpretó el gesto como una retirada táctica de quienes estaban perdiendo todas las votaciones. Seis gobernadores y dos dirigentes del grupo Tucom acusaron al sector oficialista de amañar la asamblea y se reservaron la posibilidad de impugnar los resultados del cónclave, aunque expresaron su deseo de que prevaleciera la unidad.
Los enfrentamientos se reprodujeron en la Mesa de Programa de Acción, que debatía la reforma energética. Hubo más que palabras entre quienes se consideran renovadores y los llamados dinosaurios, pertenecientes a la vieja guardia. Aunque la actual dirección del partido insiste en que esta división está superada, en la sala pudieron escucharse gritos de "¡fascistoide!" y "¡dinosaurio!", dirigidos al senador Manuel Bartlett, que dijo que el dictamen presentado entregaba "los recursos fundamentales de la nación al capital extranjero".
Reforma energética
El texto que se votó plantea una reforma energética, aunque deja claro que los recursos básicos pertenecen a la nación. Entre insultos y descalificaciones, la senadora Silvia Hernández señaló que "no se trata de un debate entre traidores y patriotas, sino de colocar al país en una mejor posición para generar riqueza". La versión aprobada plantea la modernización de Petróleos de México (Pemex), el gigante energético, que ha sido usado en distintos Gobiernos como caja de ahorros para el despilfarro del Estado. La reforma prevé la modificación del régimen fiscal de Pemex y la posibilidad de reinversión de los excedentes en la modernización de la empresa. Según Bartlett, los beneficios de la empresa estatal -640.000 millones de pesos en 2004- muestran una rentabilidad que hace innecesaria la reforma.
Aunque no acudió a la asamblea por motivos de salud, la sombra de la secretaria general, Elba Esther Gordillo, adversaria de Roberto Madrazo, planeó en el cónclave priísta, por los intentos de varios sectores de impedir por la vía de la reforma estatutaria que esta dirigente asuma la presidencia del partido si Madrazo deja el cargo para presentarse a las elecciones presidenciales de 2006. Para evitar nuevos enfrentamientos, Madrazo propuso aplazar la discusión hasta la próxima sesión del consejo político nacional.
