La mafia rusa, sospechosa del asesinato de un banquero francés

El banquero Édouard Stern, de 51 años, fue hallado muerto de varios disparos el martes en su domicilio de Ginebra. "No hay ninguna señal de que se forzara la entrada de la vivienda. Se ha ordenado la autopsia". Éstos son los únicos datos que hizo públicos ayer el juez de instrucción Michel Graber. La policía suiza mantiene total discreción sobre la muerte del heredero de una de las más grandes familias de banqueros de Francia. El diario Le Monde apuntaba ayer a "medios cercanos a la mafia rusa" como posibles autores del crimen.

Con fama de implacable y arriesgado en los negocios, y de amante de los excesos en su vida privada, Le Monde también relacionaba el crimen con los "vicios privados" del banquero. Gente de su entorno aseguraba ayer que en las últimas semanas Stern se sentía amenazado y había tomado medidas de protección.

Heredero de una importante familia de banqueros franceses, Stern se había creado muchos y poderosos enemigos desde que, con escasamente 22 años, desplazó a su padre y se hizo con el control de la banca familiar, por entonces en muy mala situación, convenciendo a sus tíos de que él podría gestionarla mucho mejor. Últimamente, Stern se había convertido también en un especialista en paraísos fiscales -era conocido "desde Luxemburgo a las islas Caimán"- y se había visto involucrado en varios asuntos judiciales. Sus querellas contra Vivendi por la venta de Canal Plus Francia a Thompson, todavía siguen su curso.

Según Le Monde, "algunos observadores" apuntan que Stern habría realizado "inversiones arriesgadas en Rusia y Europa del Este y habría perdido mucho dinero", lo que le habría llevado a un enfrentamiento que acabó "envenenándose". Por otro lado, el mismo rotativo explica que "las circunstancias en las que encontró la muerte" parecían privilegiar en la policía la pista relacionada con "su vida privada", al parecer bastante tormentosa. La televisión suiza dijo ayer que fue la asistenta quien, el miércoles, se encontró con el cuerpo sin vida del banquero cuando llegó a su trabajo.

Stern levantó el negocio familiar y en 1985 lo vendió a un grupo de inversores libaneses. Con 29 años se casó con Beatriz, la hija de Michel David Weil, el patrón de la banca Lazard, una de las más importantes y con más tradición de Europa. Trabajó para su suegro y se convirtió en un hábil negociador que dejó su nombre en multitud de importantes negocios de la primera mitad de la década pasada, como el acuerdo entre L'Oréal y Nestlé o algunos de los más importantes negocios del banco HSBC. Durante estos años sus enemigos le crearon fama de "filibustero" en los negocios.

En 1997, sin embargo, su carácter tempestuoso en los negocios y en su vida privada, que no casaba con la cultura de Lazard, le llevó a la ruptura con su mujer y con su suegro, aunque económicamente salió airoso del divorcio gracias a un acuerdo amistoso. Desde entonces vivía en Ginebra y dirigía el fondo de inversiones IRR que él mismo había fundado con el dinero que obtuvo de la separación.