Hezbolá amenaza con movilizar a sus bases contra la revuelta de la oposición
La organización fundamentalista prosiria advierte del peligro de una guerra civil
Hezbolá amenaza con sacar a las calles medio millón de manifestantes para desafiar a las fuerzas de la oposición libanesa, que desde hace cerca de una semana impulsan una revuelta popular que ocupa de manera permanente el centro de Beirut. Con esta advertencia, la organización fundamentalista chií, defensora a ultranza de Siria, rompía ayer oficialmente el silencio que venía manteniendo desde que el ex primer ministro Rafik Hariri fue asesinado el 14 de febrero. Hezbolá acusa a la oposición de conducir a Líbano a una guerra civil, similar a la que sufrió este país durante 15 años, de 1975 a 1990.
"Hezbolá puede sacar a la calle medio millón de manifestantes. Nosotros nos negamos a sumarnos a la protesta callejera, entre otras razones porque pensamos que estas movilizaciones pueden tener graves consecuencias para el futuro de este país, ya que lo están conduciendo a una situación de confrontación similar a la vivida hace 15 años", advertía ayer Hussein Naboulsi, portavoz oficial de la organización fundamentalista libanesa de Hezbolá, en su cuartel general de Beirut.
El delegado de Hezbolá, en unas largas declaraciones hechas a dos periodistas españoles, acusó además a los líderes de la oposición de no tener un programa político claro, y, sobre todo, de estar llevando a la práctica un esquema de trabajo dictado desde el exterior, en una clara alusión a Estados Unidos. Sin embargo, al llegar a este punto de su discurso el dirigente chií prefirió no seguir con sus argumentos para evitar el enfrentamiento abierto con Washington. Antes de cerrar este capítulo insinuó la posibilidad de que los servicios secretos de la Casa Blanca estuvieran implicados en el asesinato del ex primer ministro Hariri.
"Tenemos un grave problema sobre la mesa; hay un vacío constitucional creado por la dimisión del Gobierno de Omar Karamé. Es la respuesta a una serie de acusaciones injustas. La oposición acusa al Ejecutivo de Karamé de todos los males que sufre el país, pero se olvida de que gobernaba sólo desde hacía tres meses y que Líbano fue administrado durante los últimos 12 años por algunos de los líderes de la oposición. Alguna responsabilidad tendrán éstos en la corrupción, en la presencia de las tropas sirias o en las redes de los servicios secretos ahora tan denostados", comentaba el portavoz de Hezbolá, señalando, para finalizar, como única solución la vía del diálogo entre todas las fuerzas políticas libanesas.
Hezbolá es la fuerza más disciplinada y estructurada de Líbano. La organización posee una milicia secreta, en permanente estado de alerta y movilización, sobre todo en la zona sur del país, la cual controla absolutamente tras la salida del Ejército israelí en mayo de 2000. Pero al mismo tiempo, Hezbolá es un partido político que cuenta con 11 diputados en un Parlamento compuesto por 128 miembros.
Hezbolá, aunque depende desde el punto de vista religioso de Irán, está financiada y controlada por Damasco, convirtiéndose así en el principal altavoz del régimen sirio en Líbano. Sus dirigentes han venido manteniendo durante toda esta crisis un perfil bajo, tratando de pasar desapercibidos para no verse salpicados por la crisis, sobre todo en un momento en que la comunidad internacional exige la aplicación de la resolución 1559 de Naciones Unidas, que reclama la retirada de las tropas sirias de Líbano y, además, el desmantelamiento de la milicia de Hezbolá.
Barrios deprimidos
El silencio oficial que Hezbolá ha mantenido hasta ahora se refleja también en los barrios del sur de Beirut, los más deprimidos y poblados de la capital, donde se amontonan más de 800.000 habitantes, según datos oficiosos, ya que no existen censos oficiales. En su inmensa mayoría son musulmanes chiíes, y Damasco y Teherán son sus grandes mecenas; los únicos que se preocupan de ellos y los que les abastecen de todo lo necesario, incluidos depósitos de agua potable.
En las calles de estos barrios no hay ni una fotografía de Hariri, ni pancartas de protesta, como en el resto de la ciudad. Los únicos retratos son los de los mártires muertos en la guerra santa contra Israel. Aquí no hay revuelta popular.
Ayer, coincidiendo con estas declaraciones de Hezbolá, los partidos prosirios que apoyan al depuesto Gobierno se reunían en Beirut para elaborar una propuesta conjunta en la que sugieren la formación de un "Gobierno de unidad nacional", dejando para más tarde la solución de las exigencias planteadas por la oposición el día anterior. Ésta reclamó el cese de siete mandos policiales y judiciales y que el presidente sirio, Bachar el Asad, anunciara oficialmente la retirada de las tropas de Líbano.
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