'El aviador' acelera la salida de los hermanos Weinstein de Miramax
Disney está dispuesta a indemnizarles con más de 75 millones de euros
Hollywood está acostumbrado a lamentar divorcios sonados de parejas perfectas como Brad Pitt y Jennifer Aniston. Pero hay separaciones de otro tipo protagonizadas por personajes aparentemente menos glamourosos, aunque mucho más dolorosas para la industria. La más trascendente de todas ellas se podría producir en los próximos días. La salida de los hermanos Harvey y Bob Weinstein de la presidencia de la productora y distribuidora Miramax lleva siendo la crónica de una muerte anunciada desde hace meses, pero, según informaciones de Los Angeles Times y Business Week, podría ser cuestión de horas el que se haga público el desenlace final de una relación que inició su deterioro con la enemistad entre Harvey Weinstein y Michael Eisner, presidente de Disney (la empresa propietaria de Miramax), alimentado además por el fracaso comercial de proyectos como El aviador, la gran perdedora de la pasada edición de los Oscar.
Disney, según Business Week,está dispuesto a pagar el equivalente a 76,2 millones de euros a los hermanos Weinstein en concepto de bonificaciones relativas a 2004 y 2005, y por las futuras ganancias de las películas que impulsaron y que aún están pendientes de estreno. La productora a la que bautizaron utilizando la contracción del nombre de sus padres -Miriam y Max- en 1979 y que vendieron a Walt Disney Inc. en 1993 por unos 80 millones de dólares (casi 61 millones de euros), quedaría así en manos de Eisner, que se llevaría además el catálogo y los derechos sobre sus más de 400 películas, entre las que se cuentan hitos del cine de las últimas dos décadas como El paciente inglés, Chicago o Sexo, mentiras y cintas de vídeo.
Los Weinstein, que dejarían la presidencia de Miramax para trabajar como consultores hasta el final de su actual contrato en septiembre, sólo conservarían para sí Dimension Films, la rama más lucrativa de la empresa, dedicada a producir películas de género altamente comerciales como la saga Scream.
La salomónica decisión de repartirse Miramax y Dimension Films debería satisfacer a ambas partes, pero en Hollywood no todo es lo que parece. Según Business Week, Harvey Weinstein está encontrando muchos más escollos de los deseados en su búsqueda de financiación para crear una segunda versión de Miramax.
Aunque Harvey siempre aseguró que había cola en Wall Street para prestarle los 250 millones de dólares (190 millones de euros) que necesita para crear unos nuevos estudios, lo cierto es que sus negociaciones con sus antiguos camaradas de Blackstone Partners parecen haber fracasado y ahora es a la firma Goldman Sachs a la que corteja. Su buen olfato cinematográfico, demostrado sobradamente a lo largo de su carrera, antes o después le debería abrir los bolsillos de los inversores, pero el mercado en el que nacerá su nueva productora no es el mismo que el de hace 25 años. Todos los grandes estudios han aprendido de la alianza entre Miramax y Disney, y hoy desde Fox hasta Universal tienen estudios pequeños dedicados a proyectos más baratos e independientes.
Babelia
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