El Papa comienza la rehabilitación para recuperar el habla
El Vaticano asegura que Juan Pablo II mejora sin complicaciones de la operación
El papa Juan Pablo II ha empezado a realizar ejercicios de rehabilitación para recuperar el habla y el ritmo respiratorio después de la traqueotomía que le fue practicada el pasado jueves. El portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, emitió ayer un comunicado en el que anunció el inicio de los ejercicios, de tipo no especificado, e indicó que el curso posoperatorio se desarrollaba "sin complicaciones".
El portavoz no añadió, como había hecho en otras ocasiones, ningún comentario al comunicado. En cualquier caso, la inesperada aparición del Papa en la ventana de su habitación, el pasado domingo, tuvo un efecto tranquilizador en el Vaticano y despejó muchos temores.
La publicación del próximo "boletín" fue fijada para el jueves, lo que causó cierta sorpresa entre los periodistas: por bien que fueran las cosas, el Papa seguía hospitalizado y resultaba extraño que no se pensara ofrecer novedades oficiales durante tres días.
También llamaba la atención que ninguno de los médicos que efectuaron la intervención quirúrgica en la tráquea hubiera podido hablar directamente con la prensa para ofrecer detalles sobre la evolución de la crisis respiratoria.
El comunicado emitido por la Santa Sede decía lo siguiente: "El curso posoperatorio del santo padre se desarrolla sin complicaciones. Las condiciones generales y los parámetros biológicos siguen siendo buenos. El Santo Padre se alimenta regularmente, pasa algunas horas sentado en una butaca y ha iniciado los ejercicios de rehabilitación de la respiración y la fonación. El próximo comunicado será emitido el jueves 3 de marzo".
No había indicaciones sobre la duración prevista de la estancia papal en el Policlínico Gemelli. En la anterior hospitalización, del 1 al 9 de febrero, el portavoz vaticano hizo coincidir la emisión de un comunicado con el anuncio del alta y del retorno de Juan Pablo II a sus apartamentos del Palacio Pontificio. Eso podía hacer esperar una noticia de ese tipo para el próximo jueves. Pero entre los médicos "observadores" que, sin tratar al papa Juan Pablo II, asesoran a la prensa e interpretan los partes sobre la evolución de su salud, la opinión dominante seguía siendo la de una hospitalización relativamente larga.
Antes de permitir la salida del Papa, el equipo médico del Policlínico Gemelli debería tomar una decisión sobre la cánula respiratoria implantada en la tráquea. Retirarla supondría tener que volver a insertarla en la siguiente crisis respiratoria, prácticamente inevitable en un paciente cuya enfermedad de Parkinson ha reducido mucho la capacidad funcional de la laringe.
Mantenerla, por otro lado, implicaría un fuerte riesgo de infecciones pulmonares: la cánula es un tubo que comunica la caja torácica con el exterior, sin filtros, y por tanto facilita la entrada de microbios.
Los alrededores del Gemelli seguían siendo, entretanto, un hervidero. El pasado domingo, un grupo de peregrinos andaluces rezó el rosario bajo las ventanas del apartamento papal, respondiendo a la llamada del propio Juan Pablo II, que en la homilía leída por el sostituto (ministro de la Presidencia) Leonardo Sandri pidió exactamente eso: "Seguid acompañándome con vuestras oraciones", dijo, dirigiéndose a "todos aquellos que desde cualquier parte del mundo se interesan por mi persona".
Obispos españoles
El grupo de obispos españoles en visita ad limina al Vaticano concluyó ayer su viaje con un almuerzo ofrecido por el embajador de España ante la Santa Sede, Jorge Dezcallar, quien brindó por el pronto restablecimiento de Juan Pablo II.
Los obispos españoles no pudieron ser recibidos en audiencia colectiva por el Papa ni recibir el discurso esperado, y la llegada del grupo siguiente quedó aplazada de forma indefinida hasta que el pontífice pudiera reanudar el trabajo.
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