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EL DEBATE SOBRE EL MODELO TERRITORIAL

CiU anuncia el fin del diálogo con Maragall y declina asistir a la cumbre sobre el Estatuto

El presidente se niega a rectificar pese a que se lo solicitó también Esquerra Republicana

Nadie sabe en Cataluña hacia dónde va a derivar la crisis. El líder de la oposición, Artur Mas, anunció ayer que CiU "da por rotos los puentes de diálogo" con el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y no asistirá a la cumbre de los cinco partidos convocada por éste sobre el nuevo Estatuto de Autonomía. Mas condiciona su asistencia a "una rectificación en toda regla" de la acusación de corrupción lanzada por Maragall sobre los Gobiernos de CiU. A esta demanda se sumó uno de los socios del tripartito catalán, Esquerra Republicana (ERC), por boca de su líder, Josep Lluís Carod. Sin embargo, los socialistas consideran que "no hay nada que rectificar", según aseguró ayer el primer secretario del PSC, José Montilla.

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El desconcierto domina el clima político catalán tras el inesperado giro introducido por Maragall en el debate parlamentario sobre el accidente del Carmel. Después de haber considerado suficiente que Maragall retirará su alusión al cobro de un 3% de comisiones en las obras públicas durante los gobiernos de Jordi Pujol, CiU ayer exigió una nueva y más rotunda rectificación "formal y pública".

Mas anunció en tono solemne que mientras no llegue esta rectificación, CiU no asistirá a ninguna reunión con Maragall sobre el Estatuto. Acompañado por los diputados de CiU en la ponencia del Estatuto, afirmó: "No le reconocemos al actual presidente de la Generalitat autoridad moral ni política para dirigir este proceso". Agregó, además, que su formación tiene a punto para presentar en un par de días la querella judicial contra Maragall, "para restablecer el buen nombre de CiU".

No obstante, los nacionalistas varían su posición cada día. El domingo supeditaron su concurso en la cumbre a que, previamente, el PSC presente su propuesta de financiación autonómica. Ayer, Mas aseguró que esta condición no bastaría y que, por lo tanto, lo esencial es la rectificación de Maragall.

Esta vez, sin embargo, los nacionalistas contaron no sólo con el apoyo del segundo partido de la oposición, el PP, que mantiene su demanda de dimisión de Maragall y el adelanto de las elecciones autonómicas, sino también con el de Carod, uno de los socios del Gobierno de Maragall.

Carta de Carod

El líder independentista se situó entre Maragall y Mas. "Maragall tiene que reconocer que se equivocó [al lanzar la acusación] y Artur Mas también tiene que reconocer que se equivocó" al condicionar la reforma del Estatuto a este asunto. Anunció que pedirá la rectificación a ambos por carta.

Carod afirmó rotundamente que la alusión de Maragall al cobro de comisiones por CiU no correspondía a una decisión compartida por los tres partidos del Gobierno catalán. En cualquier caso, Esquerra estima, según explicó Carod, que mientras no se produzcan estas rectificaciones no es viable una nueva cumbre de los partidos catalanes para afrontar la segunda lectura del proyecto de reforma del Estatuto de Autonomía. Esta segunda lectura no podrá iniciarse hasta después de Semana Santa.

A todo esto, la Comisión Ejecutiva del PSC arropó a Maragall, presidente de la Generalitat y del partido, aunque muchos dirigentes creen que actuó de forma "poco meditada". La posición del partido socialista, expuesta por Montilla tras la reunión, es que Maragall "no hizo [en el debate parlamentario sobre el Carmel] ninguna acusación formal" y que, por lo tanto, "no tiene por qué rectificar".

"Si alguien interpreta las palabras de Maragall como una acusación, es su problema", dijo Montilla, "y si CiU se siente acusada, ellos sabrán por qué". El primer secretario del PSC y ministro de Industria insistió en este punto. Reiteró que las palabras de Maragall fueron sólo "una insinuación" y que fue la "propia reacción de CiU" y el revuelo en los medios de comunicación lo que las convirtió en acusación. Y eso pudo ser así, agregó, porque el presidente Maragall aludió a "algo que estaba en el ambiente" y de lo que aquel mismo día fue objeto de editorial en un periódico de Barcelona.

Montilla desdramatiza

Montilla hizo un llamamiento a "desdramatizar" la situación, que a su juicio no es de crisis, y que no afectará a la solidez del tripartito, del que aseguró que agotará la legislatura. Respecto a la demanda de rectificación formulada por Carod, Montilla recordó que insinuaciones mucho más concretas que las de Maragall han sido formuladas desde ERC y recordó que el diputado republicano Xavier Vendrell afirmó el viernes que los donativos anónimos recibidos por CiU entre 1993 y 1999 ascendieron a 10 millones.

De la cohesión del tripartito catalán y los grupos parlamentarios que le apoyan trataron ayer Maragall, el conseller en cap, Josep Bargalló (ERC); el portavoz Joaquim Nadal (PSC) y el consejero de Relaciones Institucionales y líder de Iniciativa Verds (ICV), Joan Saura. Acordaron cerrar filas y concentrar los esfuerzos en la inmediata puesta en práctica de las medidas de apoyo a los afectados del Carmel acordadas el viernes por el Parlamento. Se decidió también proponer que la comisión de investigación sea presidida por un diputado de ERC.

Mientras el PP reclama un debate monográfico en el Parlamento catalán sobre "el 3%", Saura sostuvo ayer que la comisión de investigación parlamentaria aprobada el viernes ha de ocuparse también de "ventilar" las posibles corruptelas. Montilla también reiteró el compromiso del Gobierno de actuar con la "máxima transparencia" en la adjudicación y gestión de la obra pública en Cataluña, lo que no se dio, a su juicio, con la Administración convergente.

Josep Piqué obtuvo ayer el unánime respaldo de la dirección del PP a la demanda de dimisión de Maragall, informa Pilar Marcos. El presidente del PP, Mariano Rajoy, aplaudió públicamente la posición de Piqué y añadió: "En ningún país del mundo civilizado se produce algo así, que un presidente acuse en sede parlamentaria al anterior Gobierno de llevarse un 3% y luego retire la acusación a cambio de un pacto por el Estatuto".

Pasqual Maragall, a la izquierda, y el primer secretario del PSC, José Montilla.
Pasqual Maragall, a la izquierda, y el primer secretario del PSC, José Montilla.EFE

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