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Yihad Islámica, el martillo de la Intifada

Yihad Islámica y su brazo militar, las Brigadas de Al Qods, es una de las fuerzas más disciplinadas, activas y contundentes de la Intifada. Surgida a mediados de la década de los años ochenta del movimiento fundamentalista los Hermanos Musulmanes egipcios, preconiza la lucha armada como única forma para conseguir la destrucción del Estado de Israel y la instauración de un Estado islámico para los palestinos. Sus posiciones radicales le llevan a no integrarse con la mayoría de las fuerzas palestinas en la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y a despreciar los Acuerdos de Oslo.

Yihad Islámica está formada por un grupo reducido de militantes y simpatizantes, con escasa incidencia en la sociedad palestina, aunque sí fuertemente disciplinada y en ocasiones con tendencia al hermetismo y la clandestinidad. La organización se encuentra implantada sobre todo en la franja de Gaza, pero también en las ciudades de Hebrón y Yenín, en Cisjordania. Yihad ha asumido en los últimos años un buen número de atentados suicidas contra civiles israelíes, a los que considera sin distinción objetivos militares y no ha dudado en utilizar como suicidas a adolescentes o mujeres.

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El máximo responsable de la organización, Ramadán Abadlah Salah, se encuentra refugiado en Siria, donde goza de la protección del presidente Bachar al Asad, y de la ayuda económica de Irán. Salah es el líder de Yihad desde 1995, fecha en que su máximo dirigente, Fathi Shakaki, fuera asesinado en Malta por un desconocido que le disparó cinco tiros en la cabeza con una pistola con silenciador, en uno de los episodios más misteriosos de la historia palestina. En los territorios palestinos, el máximo responsable es Mohamed al Hindi, que reside en Gaza.

Las técnicas y el ideario político y religioso de Yihad Islámica no difieren de Hamás, la otra gran fuerza fundamentalista palestina, aunque sobre el terreno se les puede diferenciar con facilidad: mientras la bandera de Hamás es verde, la de Yihad es negra. Pero además Hamás no está estructurado como Yihad, como un partido, sino como un gran movimiento popular, con fuerte implantación en la sociedad, en donde lleva a cabo importantes obras de ayuda asistencial. Hamás, y su ejército secreto, las Brigadas de Ezzedine al Kassam, aparecieron públicamente con la primera Intifada, pero sus dirigentes se habían formado mucho antes, bajo la protección y el apoyo del Ejército israelí, que creyó que con esta fuerza fundamentalista religiosa podría frenar el avance de las milicias laicas del partido Al Fatah.

Aunque algunos de los órganos de dirección de Hamás se encuentran también en Damasco, las decisiones importantes se toman en Cisjordania y Gaza. Hamás ha iniciado en los últimos años un proceso de transformación con el que trata, a semejanza del Hezbolá libanés, de convertirse en un partido político parlamentario sin dejar de ser al mismo tiempo una fuerza militar.

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