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Entrevista:ALFONSO FERNÁNDEZ | Jefe de la Policía Foral de Navarra

"Creo en la coordinación de las policías, no en la competencia"

Alfonso Fernández, vallisoletano de 52 años y ex jefe superior de Policía de Pamplona entre 1996 y 2003, es el nuevo jefe de la Policía Foral de Navarra. Fernández dirige un cuerpo con más de 600 agentes y comisarías en Pamplona y Tudela que aspira a seguir extendiendo su implantación territorial. El responsable de la policía autonómica es contrario a las exclusividades competenciales y aboga por una colaboración con las demás policías.

Pregunta. ¿Qué modelo policial va a desarrollar?

Respuesta. La seguridad es un servicio público y yo estoy transmitiendo a las autoridades mi predisposición a conseguir ese objetivo y poner a su servicio los medios materiales y humanos con que contamos en Policía Foral.

"La Policía Foral llegará donde no lo hagan otros servicios de seguridad"
"La sociedad ha sabido ganar la calle frente al terrorismo de ETA"

P. ¿Cómo lo hará?

R. Quiero que ningún ciudadano perciba la sensación de estar desatendido, que todo requerimiento que se nos haga, desde cualquier punto de Navarra, sea atendido con eficacia. Hay que desarrollar más ámbitos de investigación y de prevención

P. Usted se ha manifestado opuesto a la exclusividad competencial. ¿No implicar limitar el crecimiento de la Policía Foral en materias como el control del tráfico por ejemplo?

R. En absoluto. Lo que vengo diciendo es que yo no soy quien para delimitar competencias o ponerle apellido a la prestación de la seguridad. Al revés, todo policía por el mero hecho de ser un servidor público tiene obligaciones que la ley orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad le obliga a asumir. Yo afirmo que, sin poner ningún límite, la Policía Foral quiere prestar un buen servicio público en seguridad. No he hablado de competencias. Sí he dicho que no creo en las competencias exclusivas de nadie, sino en la coordinación de todos para prestar bien ese servicio. Para ello no caben limitaciones, sino el aclarar en qué grado somos todos capaces de integrarnos en un mismo sistema.

P. En otras palabras, no renuncia a nada y colaborará en todo.

R. Habrá coordinación con absoluta lealtad. Al final, el ciudadano lo que quiere cuando paga sus impuestos es sentirse seguro y protegido por un servicio de calidad y en ningún caso quedar desasistido.

P. Su llegada ha coincidido con la salida a patrullar en las calles de casi un centenar de nuevos agentes, muchos de ellos sustituidos ahora en sus tareas de vigilancia de edificios públicos por guardas de empresas privadas.

R. Esa medida responde a los objetivos que comentamos, a la necesidad de atender a todos los ciudadanos, incluidos los más lejanos, que tienen el mismo derecho a la seguridad. La Policía Foral llegará, leal y coordinadamente, donde no lleguen otros servicios de seguridad y colaborará con todos.

P. La Policía Foral tiene un plan para alcanzar los 900 agentes. ¿Cómo se desarrollará?

R. Ante todo, con calidad. Mi objetivo es dar operatividad máxima a los agentes de que disponemos e ir asumiendo funciones policiales con calidad.

P. ¿La Policía Foral mantiene líneas de investigación vinculadas al antiterrorismo?

R. Responderé empeñando mi honor profesional en esta idea: cualquier labor que desarrolle la Policía Foral será teniendo bien presente la lealtad de colaboración institucional con las otras policías. Me sorprende que alguien pueda pensar que la Policía Foral actúa con ocultismo hacia los demás servicios policiales. Somos un servicio público completamente abierto y transparente. Nuestros archivos están abiertos para ellos y esperamos la misma colaboración hacia nosotros.

P. La Policía Foral ha vivido momentos delicados en los últimos meses con manifestaciones callejeras de raíz laboral, una huelga encubierta, expedientes sancionadores. ¿En qué medida afecta a su funcionamiento ese malestar interno?

R. Si los hechos se produjeron como a mí me han sido comunicados, fueron hechos muy graves. La ciudadanía nos concede la facultad de portar armas para garantizar su defensa y somos un servicio público de urgencia y jerarquizado. Por todo ello creo que la reivindicación de derechos debe tener límites en las formas. Los paros encubiertos o ciertas manifestaciones generan una imagen dañina para el propio servicio público que suele merecer la reprobación de los ciudadanos.

P. ¿Cree que estamos cerca del final de ETA?

R. Es evidente que estamos en una situación muy diferente de la de 1996, cuando yo llegué a Navarra. Y lo estamos por causas diversas que hacen que socialmente veamos la situación con más esperanza. La sociedad ha sabido ganar la calle. El esfuerzo policial ha sido enorme, pero todos nos hemos desembarazado de ese terror que amenaza a la sociedad. Veo una sociedad capaz de luchar por su libertad.

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