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El PSE propone un nuevo pacto de Ajuria Enea para afrontar la "fase terminal" de ETA

Patxi López afirma que si es 'lehendakari' impulsará un acuerdo de todos los partidos democráticos

Luis R. Aizpeolea

El secretario general del Partido Socialista de Euskadi (PSE), Patxi López, apoyado por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, promoverá tras las elecciones vascas del 17 de abril un nuevo Pacto de Ajuria Enea -el acuerdo en 1988 de todas las fuerzas democráticas vascas contra ETA, extinguido en 1998-, adaptado a 2005, para afrontar la "fase terminal" de ETA. "Ese gran acuerdo entre los demócratas vascos tiene hoy más sentido que nunca, precisamente en el momento en que ETA está más débil que nunca frente a la fortaleza del Estado de derecho", argumenta el PSE.

El objetivo del pacto sería acelerar el final de ETA y hacer pedagogía contra la violencia
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Patxi López se compromete tras las elecciones vascas, si es elegido lehendakari, a iniciar consultas con los partidos democráticos vascos para "recomponer y actualizar un acuerdo", como el de Ajuria Enea, que tendría cuatro objetivos: acelerar el fin de ETA; combatir con pedagogía democrática sus posiciones totalitarias; honrar la memoria y atender a las víctimas del terrorismo y defender las libertades de la ciudadanía vasca.

Tanto el Gobierno como el PSE estiman que ETA atraviesa una "fase terminal" en la medida en que está más debilitada que nunca por el acoso policial, judicial y social que sufre sin precedentes. La consecuencia es que su brazo político, la ilegalizada Batasuna, desea el final de la violencia. Pero eso no significa que ETA deje de matar ya o que esta situación confusa no vaya a durar, precisan los socialistas.

Para esta fase crucial, Patxi López, respaldado por Zapatero, cree necesario reactivar la unidad de las fuerzas democráticas vascas. El Pacto de Ajuria Enea, la unidad de los partidos vascos contra ETA, nació en enero de 1988 y quedó enterrado, tras una larga agonía, en septiembre de 1998, cuando el PNV acordó con Batasuna la unidad nacionalista en el Pacto de Lizarra. Planteado dicho pacto como una propuesta de paz, se ha convertido en un fracaso porque ni siquiera Batasuna la asume ya, insiste López.

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Al secretario general del PSE le parece que la lucha contra ETA tiene una carencia: la ausencia en Euskadi de un pacto contra la banda, que sin embargo existe entre el PSOE y PP en el conjunto de España. "Así como decimos a Ibarretxe que el acuerdo sobre la reforma del Estatuto hay que hacerlo en Euskadi y no negociarlo con el Gobierno central, como pretende, también decimos que la lucha contra el terrorismo la tenemos que hacer desde Euskadi", dice López.

Un Pacto de Ajuria Enea renovado tendría como consecuencia la participación de todos los partidos democráticos vascos en la lucha contra ETA y sería el referente principal de la lucha antiterrorista, como sucedió de 1988 a 1998. Una vez suscrito, el Pacto Antiterrorista PP-PSOE pasaría a ser subsidiario de éste.

El ex vicepresidente del Gobierno vasco Ramón Jáuregui (PSE) señala que un Pacto de Ajuria Enea renovado no tendría que ser tan exhaustivo como el anterior, porque "se ha avanzado mucho desde entonces en la estrategia de acoso contra ETA y su entorno, regulada por la ley y la justicia", en referencia a medidas aplicadas como la Ley de defensa de los concejales, la ilegalización de Batasuna o el apoyo internacional en la lucha contra el terrorismo etarra.

Jáuregui cree que habría que recuperar cuatro principios básicos del anterior pacto: el Estatuto de Gernika, como base de legitimación política; la actuación de ETA no tiene ninguna justificación política; mientras exista terrorismo no habrá ningún tipo de negociación con la banda y, una vez desaparecida la violencia de forma definitiva, con ETA sólo podría abordarse la situación de sus presos.

También cree fundamental recuperar el espíritu unitario del Pacto de Ajuria Enea, en el que había una sola voz en nombre de todos, que contrastaba con la disparidad de voces en el Pacto Antiterrorista del PP y el PSOE.

Asimismo, tendría que abordar nuevos retos, como una mayor complicidad en la actuación entre los Gobiernos central y vasco, y especialmente de las fuerzas policiales dependientes de uno y otro, así como un mayor compromiso de los Ayuntamientos con actos de apoyo a los ciudadanos perseguidos en sus municipios.

Otra clave sería, dentro de un espíritu de lealtad entre los firmantes del pacto, abordar "situaciones imprevisibles y contradictorias" que se dan en los procesos terminales de las bandas terroristas, en referencia a las reinserciones de antiguos terroristas. "Esa lealtad se produjo en los procesos precedentes, el de Argel (1989), y el de Zúrich (1999), entre los principales partidos", señala Jáuregui. Éste recuerda el apoyo que tuvo del PSOE el anterior Gobierno, del PP, cuando gestionó la tregua de ETA, zanjada con una trampa por la banda.

Patxi López cree, por su parte, que es urgente abordar la "pedagogía por la paz" en Euskadi, que "no se ha puesto nunca en práctica". El PSE propone en su programa electoral la creación de una estructura administrativa en el Gobierno vasco en defensa de la vida y las libertades; la constitución del Instituto Democrático Vasco, como órgano de difusión de la cultura democrática, y la creación de la Dirección de Derechos Humanos en el Departamento de Educación y Universidad.

También plantea el PSE llevar la condena al terrorismo a los ámbitos educativos, con reflexiones éticas y políticas, tras cada atentado; ratificar en cada centro escolar la Declaración de Derechos Humanos; aumentar los tutores para las familias con conexiones con la violencia y hacer pedagogía contra el terrorismo desde los medios de comunicación públicos vascos, hoy vinculados al Gobierno nacionalista.

El secretario general del PSE resume, de este modo, la necesidad del Pacto de Ajuria Enea renovado: "El derrumbe de la banda terrorista debería corresponderse con una reactivación de la unidad democrática para hacer radicalmente imposible que lo que ETA ha perdido por la vía policial lo recupere, siquiera parcialmente, por la vía política".

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