Solana asegura que la Constitución impedirá a la UE ir a la guerra

El alto representante de la UE para la Política Exterior y la Seguridad Común (mister PESC), Javier Solana, subrayó ayer en un debate sobre el Tratado organizado por la Representación Permanente de España ante la UE, que "los países miembros pueden hacer la guerra, pero fuera del contexto de la UE". Y subrayó: "La Unión colectivamente no puede ir a la guerra". Solana respondía así a los argumentos de quienes defienden el no en el referéndum con el argumento de que la Unión ha asumido constitucionalmente el principio de la guerra preventiva.

Entre ellos se encuentra Willy Meyer, eurodiputado de IU, presente en el debate, quien criticó también que el Tratado "anime a los miembros a incrementar su gasto militar". Según Solana, "las capacidades que se demandan son para operaciones de mantenimiento de la paz" porque "la UE no puede ir a la guerra". Señaló que la Unión sólo puede implicarse en las llamadas misiones Petersberg: separación de contendientes, recuperación y mantenimiento de la paz, operaciones de rescate en catástrofes o formación para recuperación de Fuerzas Armadas y Estado de Derecho en países afectados por la guerra. Para el socialista Luis Yáñez, Europa sale reforzada con la Carta europea y, con ella, España. El popular Gerardo Galeote dijo que no está seguro de que fuera así, y encontró como más positivo que, si el Tratado entra en vigor, Solana sea el ministro de Exteriores de la UE, "porque un español tendrá más sensibilidad con América Latina y el área euromediterránea"

Galeote dio por hecho que "el resultado del domingo va a ser ampliamente favorable" al 'sí'. La duda está en la participación. "Esperamos que la participación sea razonable, si no el Gobierno debería dar una explicación".

Willy Meyer consideró que no tiene lógica que se pueda legitimar el sí español con el voto de menos del 50% de participación. "Si el domingo más de la mitad de los españoles no vota, ¿alguien va a sacar consecuencias? Si se legitima el proceso con menos de la mitad de los españoles, ¿alguien sacará consecuencias de la bajísima participación?", se preguntó.